Severus se despertó por culpa del dolor punzante en su cuello, el cual, le hizo protestar. No tenía suficiente con la quemadura en su pierna que, ahora, se sumaba aquella pequeña contractura por culpa de usar el baúl de almohada.
-Si hubieras dormido aquí conmigo- comenzó el alfa mientras señalaba la cama- ahora mismo, tu único dolor sería de todo el placer que te habría dado.
El omega se encogió, ¿cuánto tiempo llevaba observándolo?
-Acércate- ordeno sin éxito-no me hagas usar la voz.
El pelinegro se levanto con pasos entorpecidos, sus piernas estaban agarrotadas y la herida tiraba de su piel dificultándole avanzar. Cuando llego a la cama no pudo más que dejarse caer.
-¿Estas cansado omega?- le pregunto el alfa mientras comenzaba a acariciar sus piernas- ¿cuánto llevas con esta ropa estropeada? ¿Qué te parece si la echamos a lavar?
Las manos del alfa rápidamente atacaron las vestimentas del joven, rasgándola y dejando su cuerpo al descubierto, un cuerpo demasiado blanco y de costillas marcadas. Severus pataleo sin energía aumentando el dolor en su pierna y provocando leves quejas que, para el alfa, sonaban como dulces gemidos.
-Nunca habría pensado que la piel blanca pudiera ser tan atractiva-confesó mientras inmovilizaba al joven-con solo tocarla ya se marca, eso hará más fácil que todos sepan que eres de mi propiedad.
-No, por favor-suplicó- yo no te gusto, ayer lo dijiste.
-Y no me gustas, prefiero unos pechos grandes y un coño pequeño, pero tu- el alfa paseo lengua por la blanca clavícula- joder, si hasta sabes bien.
Severus estaba paralizado, aquel extraño estaba tocando su cuerpo, cada íntimo rincón, aprovechándose de su debilidad y riendo ante cada golpe que le daga, como si su resistencia fuera un mero juego. Las manos del contrario se pasearon por sus piernas, evitando la amplia quemadura, internándose en su ingles y acariciando su pequeña vagina.
-No, no, no- grito mientras golpeaba el cuerpo- no me toques.
El alfa le miró divertido. Le acaricio dulcemente la cara y se alejó de su cuerpo; desnudo y, bajo la atenta mirada del desconfiado omega, se dirigió al pequeño baúl. Severus permaneció inmóvil, con miedo de que un solo movimiento de su cuerpo hiciera cambiar al castaño de opinión.
-Eres muy energético, sobre todo teniendo en cuenta lo mal herido que estas- el pelinegro intento alejarse sin éxito, el potente olor a feromonas que empezaba a desprender el alfa estaba empezando a intoxicarle- tendremos que poner una solución.
Bajo el efecto de las feromonas, Severus, fue movido sin dificultad hasta acabar sobre su estómago; sus manos fueron fuertemente apresadas a su espalda y sus piernas abiertas sin dificultad. El gruñido del omega fue opacado por la almohada.
-Hueles realmente bien- saboreo entre sus piernas- joder, bendito Lockhart, el cabrón tiene buen gusto.
La lengua del alfa comenzó a pasearse entre los pliegues de su coño, abriendo sus labios lentamente y saboreando su interior. Severus no pudo evitar gemir fuertemente, la lengua de aquel joven se paseaba de manera experta por su interior maltratando su, cada vez más hinchado, clítoris y mordisqueando la sensible piel.
-Podría llevarme aquí todo el día- gimió el alfa- no sabía que podría aficionarme a chuparte el coño.
-Para- gimió sin convicción- ¡no hagas eso!
Severus se tambaleo cuando la lengua se introdujo en su cavidad y los labios succionaron su mancha. El alfa estaba demasiado concentrado en aquel, recién descubierto manjar, como para prestar atención a los movimientos erráticos y las súplicas del pelinegro. El omega se corrió en su boca con un fuerte grito.
-Joder- maldijo de placer el alfa- dios, quiero más.
La húmeda boca del joven apresó la del menor. Severus ya no podía más, aquel orgasmo, sumado a su primer beso y las heridas que no paraban de palpitar, le habían dejado agotado.
-Todavía no hemos terminado cariño- le susurro.
Los gruesos dedos se deslizaron por el mismo camino que había trazado su lengua segundos antes, se entretuvieron entre los pliegues buscando estar completamente mojados y tantearon la entrada del pequeño agujero.
-Iré con cuidado-relajó- pero será incómodo.
El omega protesto cuando el dígito se interno lentamente comenzando a bombear, segundos después un segundo y tercero se sumaron.
-Duele- se quejo.
-Lo se pero, joder- sus dedos se alejaron de la maltratada vagina- no puedo esperar.
El interior de Severus se abrió con brusquedad ante la entrada del grueso miembro y sus paredes fueron presionadas por la palpitante circunferencia. Sus entrañas fueron bombeadas por el grueso pene durante lo que le parecieron horas, llevándolo a un estado de placer que no había podido relacionar con este mundo. '
-¿Te gusta omega?-le pregunto el alfa ente jadeos de esfuerzo y placer- porque tu coño no para de succionarme, ¿tanto quieres mi polla?
-Vete a la mierda- maldijo.
-No creo que, para la primera vez, sea adecuado- se burlo mientras tanteaba su culo- pero no niego que, en otro momento, me gustaría probarlo.
Severus gruño mientras intentaba golpear al alfa consiguiendo que su miembro se introdujera más profundo. El castaño gimió de placer. Sus embestidas se volvieron cada vez más erráticas y desenfrenadas, las manos se paseaban por su torso, centrándose en sus rosados pezones; y su boca se encargaba de marcar con mordidas cada centímetro de piel a su alcance.
-Ni se te ocurra correrte- le ordeno ante la constante presión en su interior- no hasta que te haya marcado.
-Te odio.
-Repítemelo cuando no estés gimiendo por mi polla- se burlo- aunque creo que ocurrirá pocas veces.
Las caderas del omega se empezaron a mover al compás de las embestidas, Severus sabía que su cuerpo aclamaba por el llamado orgasmo, por eso, buscaba conseguirlo cuanto antes desobedeciendo las órdenes. El alfa, en vez de frenarlo, se sumo a su movimiento pegando cada vez más su torso a su espalda y alineando sus dientes con su marca.
-Te voy a morder omega- le susurro- te voy a hacer mío, mi propiedad.
Severus intento quejarse cuando sintió su piel desgarrarse bajo los afilados caninos y su interior llenarse de semen, marcándolo tanto por dentro, como por fuera. Lágrimas escaparon de sus ojos.
-Felicidades omega-celebro- oficialmente eres propiedad del jefe guerrero Laut, yo, Sirius Black.
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Salvaje (Harry Potter)
FanfictionLa enemistad entre ambos clanes había estado siempre presente, creciendo como una llamarada descontrolada y, cuando todo explotó, solo quedaba sobrevivir. Los personajes no me pertenecen.