Regresando a la realidad

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Hace dos años me dieron de alta en "Houseoffrendom" el centro de rehabilitación de drogadictos. No es que yo lo fuera, pero...demonios, ¿a quien engaño? Era una maldita adicta.

Consumí mi primera droga en una fiesta de la secundaría,creí que por probarla una vez se me quitarían las ganas de volverla a consumir, pero no fue así.

Mientras mas pasaba el tiempo, mas me iba encadenando a depender de esa maldita hierba. Pero no toda la culpa era mía, quiero decir, si era yo quien tomaba las decisiones pero,si mis padres hubieran estado conmigo y no con su trabajo, mi historia hubiera sido otra.

Fue gracias a mi amiga, que me interne en el centro de rehabilitación.

El día en que salí de allí, me sentía fascinadamente nerviosa, pero al mismo tiempo me sentía triste; y no porque no quisiera salir, mas bien porque extrañaría a Elisa.

Ella me ayudaba a entrar en razón cuando quería salir corriendo de ese lugar.

Me entendía y me platicaba como era su vida antes de entrar en su adicción, se convirtió en una persona muy especial en mi vida, y eso, nunca lo olvidaré.

Ya casi llegaba a la casa de mi novio Gael, quería darle una sorpresa de aniversario, quería que cuando el entrará a su habitación se sintiera feliz, quería agradecerle todo el tiempo que había estado junto a mi.

Al llegar a su departamento se escuchaban voces. De algún lado las conocía, se que esas voces fueron las que me ayudaron a salir adelante, pero justo ahora, esas voces me hacían sentir la persona mas estúpida de la humanidad.

Amber, mi mejor amiga teniendo sexo con lo que pensé que era "el amor de mi vida". Se estaban burlando de mí. Estaban hablando sobre lo estúpida que soy al no darme cuenta de todo.

Entre a la habitación esperando una explicación, una disculpa o una excusa. Pero los dos solo me observaron.

-Am..ber- mi voz estaba rompiéndose, pero no quería demostrarles mi debilidad. No cuando ellos seguían ahí, sin hacer absolutamente nada.

-Cariño, iba a decírtelo.- dijo Gael guiñendo un ojo.

Una serie de coraje se apodero de mi. ¿Comó se atrevía a decirme cariño, después de verlo revolcarse con lo que supuse que era "mi mejor amiga"?

Quería darle una cachetada, quería decirle a ella que era una perra, quería decirle a los dos que les deseaba lo peor. Así que respire profundo y pensé mejor lo que diría.

-¡En tu jodida vida vuelvas a llamarme cariño!- No resistí mas y me salí de la habitación.

Estaba completamente enojada y triste, pero no lloré. Algo dentro de mi me decía que mi mejor amiga y mi novio traían algo, pero como tenían mi confianza al máximo, descartaba esas ideas absurdas.

En mi departamento, traté de no pensar en Jimmy (el sujeto que me daba la droga). No quería caer en lo mismo pero, me sentía muy mal para no llamarlo.

Cuando cogí el teléfono dispuesta a marcarle a Jimmy la pantalla del celular se prendió. No reconocía el número. Dudé por un momento y después conteste.

-¿Bueno?- se tardaron unos segundos en contestar así que volví a hablar. -¿Alguien esta ahí?- una idea fugaz paso por mi cabeza; temía que fuera Amber quien marcaba, hasta que respondieron.

-¿Samm?- Me quede sin decir palabra. Solo una persona me decía así. Elisa, ella sabia que odiaba que redujeran mi nombre a Samm, así que lo hacia mas a propósito.

-¡Hey! Hola ¿Como estas? ¿Qué ha pasado?- estaba muy aliviada de que ella marcará. Si no hubiese sido por su llamada, le hubiera marcado a Jimmy. Me sentí muy mal. Cuando creí que ya lo había superado, basto con un problema para tratar de volver a contactarlo.

-¿Sigues ahí?- Elisa interrumpió mis pensamientos. Al parecere me estaba contando algo, pero no le preste atención.

-Si, claro. Solo que estoy sorprendida de que llamarás. ¿Esta todo bien?- Temía a que le hubiera pasado algo hasta que soltó una carcajada.

-¡Pues claro que estoy bien! ¿Acaso no me escuchaste?- se le escuchaba muy emocionada. Cuando no escucho respuesta soltó un suspiro y continuo.-¡Hoy salí!

Me quede un momento callada, estaba tratando de entender lo que acababa de decir.

Después de un momento solté un grito de emoción.-¡Porque no marcaste antes! Debes de venir a mi casa.

-¿Qué? ¿Pensabas que iría a dormir a un hotel? ¡Pues claro que no!- volvió a reírse y continuo- Ya, vamos, abreme.

¡Qué! ¿Ella estaba fuera de mi apartamento y yo no me había dado cuenta?.

En ese momento le agradecí a Dios por mandarme un Ángel, un gran Ángel.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2015 ⏰

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