Capítulo 12. Fotografias

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Los minutos ya habían pasado desde que salimos de su oficina, nos encontrábamos ya en su auto, Cauich fue muy caballeroso al abrirme la puerta y demasiado gentil para acariciar mi mejilla con sus dedos, yo me abroché el cinturón y comenzó a conducir.

Miraba hacia mi ventana, observando mi reflejo en ella y el de él conduciendo, no podía evitar sonreír apenada y tratando de que que no viera mi cara como un tomate, mi rostro fue directo hacia atrás, mirando mi cosas y las de el.
Nunca me había imaginado estar aquí en el asiento de copiloto en su auto, tenia un aroma a café delicioso y además estaba muy limpio, al igual que me percaté que en esos asientos habían más papeles y hojas un poco desacomodadas.

—¿Que tanto miras pequeña?—fije mi mirada a la el, quien aún seguía mirando al frente pero se daba cuenta de su alrededor.

—Las hojas de atrás, ¿Son de tareas y trabajos?—mencione dudosa.

—Me imagino que se ve como un desorden, disculpa eso—Cauich suspiró.

—No, no quise decir eso—intenté enmendar el asunto —de hecho, creo que son muchas, pensé que los maestros al salir de la escuela solo se sentaban en sus sofás a mirar televisión.

El solo río de manera irónica

—No, para nada, realmente tenemos más trabajo, y más si los alumnos no logran entender nada...—Puso su mano sobre mi pierna —¿Verdad Morgan?

Me quedé callada mirando hacia abajo, había entendido por completo esa referencia.

—Eres un tomate

—¿Que?

—Quiero decir, estas roja—Su mirada esbozó una sonrisa tierna y aunque nunca había puesto su mirada en mí ,el sabía que reacción tendría.

Lleve una de mis manos a mi rostro y tocar mi mejilla, esta estaba caliente, primer indicio de que estaba sonrojada, pero lejos de ayudarme solo hizo que me sintiera más apenada.

—Ey, chiquilla tranquila...

Suspiré tratando de sentirme un poco más tranquila y lleve mi mano a la de el ,que aún se encontraba en mi pierna, acariciandola y manteniendo mi vista al frente con una sonrisa, estuvimos así al menos 10 minutos pues cuando la retiró solo fue para poner el freno de mano ,el cual era aviso que ya habíamos llegado a su casa, se bajó del auto y de manera apresurada fue abrirme la puerta y quitarme el seguro del cinturón, eran pequeñas acciones que me hacían sentir un poco más especial de lo que debería.

Baje del auto y me llevo a la entrada de su casa, Cauich abrió la puerta y me invitó a pasar. Mi reacción fue automática al darme cuenta de lo bella que estaba su casa, resaltando los colores negros y con muchas macetas con plantas verdes que decoraban la casa y la hacían sentir fresca, me sentía dichosa de estar ahí, Cauich fue rápidamente a su cocina.

—Toma pequeña, debes estar sedienta- se acercó a mí con dos vasos de agua y  puso uno de estos en mi mano, el cual bebí sin ningún problema—No deberías ser tan confiada.

—¿De que hablas?- no había entendido su comentario, solo noté que miraba el vaso que estaba por la mitad con agua.

—Estás en la casa de uno de tus profesores—me miró a los ojos—una casa que no conoces y bebes algo que te han invitado, deberías preocuparte un poco más al estar sola- mis ojos fueron directo el vaso que sostenía entre mis manos y le volví a dar otro trago.

—No estoy sola, estoy contigo, no creo que vayas asesinarme justo después de esto. —me burle un poco

—Tal vez no.

Seguí caminando ,dando pequeños pasos admirando el interior de su casa, era muy bonita para ser real, solo en internet podrías encontrar una casa así de cómoda y hermosa.

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