ANTES DEL AMANECER ๑ WINRINA OS

melancholic blue

Noche de primavera. Su cuerpo descansa sobre la silla frente al escritorio, la música atraviesa los parlantes conectados a su computadora y su mirada se mantiene fija en un punto cualquiera.

Sus labios levemente separados se sienten resecos y sus exhalaciones son lentas, silenciosas, casi no parece que respira. Sus ojos negros arden un poco ante la falta de lubricación de sus párpados, los lentes sobre el puente de su nariz comienzan a molestar y su mano derecha ya está dormida por sostener su rostro en forma de puño.

Hay tantas cosas pasando por su mente en ese momento que ni siquiera se preocupa por lo que le sucede en el exterior. La vida en sí es difícil, su esencia es ser una lucha constante en búsqueda de la satisfacción personal. Jimin está cansada de pelear contra sus problemas, como si el superarlos fuera a sanar los dolores en su alma. Siente que la vida le está ganando, todo se amontona y el caos se convierte en dolores de cabeza; pensamientos sin sentido que no le dan paz en sus momentos de descanso.

Veintidós años ¿no se considera eso la mejor etapa de la vida? Para Jimin es asfixiante, un peso que a veces le corta la respiración. Cuando era adolescente recuerda reír y jugar mucho, sus días eran despreocupados, no le temía al futuro y tampoco era importante para ella, no debía pensar en nada. Ahora Jimin estudia lo primero que se le vino a la mente en ese entonces. La neurociencia terminó siendo un tema más complejo de lo esperado, a veces se obliga a creer que le entusiasma, pero más que nada solo se esfuerza en estudiar para sentir que no ha desperdiciado su única elección.

La soledad es otro tema con el cual le cuesta lidiar. Durante el día pasa rodeada de gente pero eso no evita el vacío que siente, no conoce a nadie ni nadie la conoce más allá de lo superficial. Vive sola en un pequeño piso alquilado, sus padres están en un pueblo muy lejano, ellos no pueden venir porque son viejos y están acostumbrados a los días sencillos y no al caos de la ciudad. Hay veces que cree extrañarlos, pero en realidad solo siente nostalgia por algunos recuerdos del pasado.

Para mantenerse tiene algunas becas escolares y un trabajo de medio tiempo como tutora para los estudiantes del primer semestre de la facultad. No tiene mascotas pero tampoco la responsabilidad para poder cuidar de una. Su dinero sobrante lo ocupa para pagar el alcohol y tabaco que suelen distraerla de la monotonía de sus días, las monedas restantes las guarda en una botella que luego cambia por efectivo e intenta darle un "buen" uso.

Su cuerpo está tan malditamente adolorido. La textura de sus manos se siente un poco reseca y la piel al lado de sus uñas se desprende provocando pequeñas heridas molestas. Su espalda está tensa y los músculos se contraen ante los movimientos inesperados a lo largo del día provocando punzadas de dolor, es soportable pero sigue siendo algo desquiciado. No se alimenta bien debido a que no tiene tiempo para aprender a cocinar adecuadamente. Su cuerpo ha adelgazado los últimos años debido a eso, a veces el agotamiento llega de golpe y debe sentarse unos minutos para recomponerse, sino también son sus huesos que crujen o en los peores casos duelen.

Su cabello negro y largo antes caía en ligeras curvas sobre su espalda, ahora se mantiene lacio y sin vida con las puntas partidas. Su rostro está pálido debido a la falta de exposición bajo la luz natural. Tiene los párpados coloreados con negro difuminado a causa de las pocas horas de sueño y el ceño fruncido la acompaña a diario.

Su habitación está semioscura, la poca iluminación que recibe proviene de la pantalla de su computadora que reproduce algo a lo que no le presta atención y a la escasa luz artificial que proviene del exterior.

El despertador digital cambia los números una vez más, el movimiento de la pantalla diminuta la trae de regreso a la realidad, "05:00" dicta.

La ciudad está sumida en completo silencio, todos parecen dormir plácidamente en la comodidad de sus camas, pocas son las personas que aún se mantienen en pie sin haber cerrado un ojo durante la eterna vida nocturna, Jimin es uno de ellos.