Capitulo 15

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     Las lágrimas no paraban de correr por mis mejillas, mi cuerpo se paraliza y nuevamente me encuentro en el bosque inmóvil siendo arrebatada de algo tan preciado que tenía que ser para la persona que realmente amará

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     Las lágrimas no paraban de correr por mis mejillas, mi cuerpo se paraliza y nuevamente me encuentro en el bosque inmóvil siendo arrebatada de algo tan preciado que tenía que ser para la persona que realmente amará. El me lo quito y ya el tiempo no se puede regresar.

     Siento cómo el peso de una persona se quita de encima mío. De pronto unos brazos rodean mi delgado cuerpo y mi rostro está recargado en su pecho.

      Con su mano delicadamente pasa un mechón de mi larga melena atrás de mi oreja y el tacto era tan delicado como si no quisiera romperme, parpadeo un par de veces y logro ver esos ojos grises que son tan cautivadores.

     —¿Quién te hizo esto angelito?—preguntó.

     Las lágrimas no dejaban de caer, él solo dejó que llorara sobre su pecho mientras que sus brazos me cubrían como si fuera mi refugio.
Solo mantengo silencio.

    —No llores angelito, esperare el tiempo necesario hasta que estés lista para hablar de ello—dijo mientras  limpia mis lágrimas delicadamente.

     Mirándolo a los ojos le preguntó —¿Por qué estás haciendo todo esto por mi?—Damián se levanta de la cama y levanta su saco que estaba en el suelo de la habitación, me mira un momento.

      —No estoy dispuesto a perderte por segunda vez y haré todo lo necesario por mantenerte a salvo—mi corazón empezó a latir a mil por hora, pero no era por miedo, era de felicidad.

¿Acaso me estoy enamorando de Damián?

     Miro como Damián se sube las mangas de su camisa por arriba de los codos dejando expuestos algunos tatuajes, así como los pequeños rastros de tinta que tenía en el torso. Recorro con la mirada cada tatuaje que tiene pero uno capta mi atención, era una flor con una fecha en números romanos.

     —¿Te dolieron?—pregunté mientras doblaba mis piernas a la altura de mi pecho, el rubor en mis mejillas era evidente.

      —Solo los primeros tatuajes duelen, después te acostumbras—comenta mientras traza algunos de los tatuajes con la yema de sus dedos.

       Miro como camina hacia el otro extremo de la cama, mientras agarra una carta y lo que parece ser un collar.

       —Toma, esto es tuyo—Me da la carta y el collar de oro que tenía mi nombre escrito, el cual había perdido cuando tenía 3 años. La cadena del collar era larga, pero ahora que la veo después de mucho tiempo espero y que La carta tenía caligrafía de mujer y se veía antigua, como si hubiera estado guardada por mucho tiempo.

       —Y, ¿esta carta?—Pregunto.

      —Era de tu madre para ti. Sergio la guardo todo este tiempo para darte la carta el día en el que te encontrará—abro el sobre y sacó la carta.

Almas en Guerra #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora