Capítulo único

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Jiang Cheng lo intuía, algo ocurría con Wei Wuxian. Lo supo por su forma de alejarse. Los besos se iban haciendo más escasos, las caricias poco a poco desaparecían, las noches donde se entregaban al otro en cuerpo y alma iban yéndose como el polvo entre sus dedos... y finalmente... nada.

Cuando intentaba acercarse a Wei Wuxian, el de túnicas negras le negaba sus avances, y, en la mayoría de las ocasiones, Jiang Cheng se daba media vuelta y se retiraba al sentirse insuficiente.

Todas las mañanas luego de asearse y antes de cambiarse para su día a día, Jiang Cheng se paraba enfrente del espejo y se veía, fijándose en cada una de sus imperfecciones.

En lo primero en que se fijaba era en su pecho, las cicatrices que en ocasiones ocultaba de Wei Wuxian y que en otras su pareja le hacía ver que eran hermosas, aunque siempre regresaba la inseguridad. Después veía su abdomen, que se encontraba algo... ¿inflamado? Sus músculos iban perdiéndose entre la grasa, aquello le causaba algo extraño, pero siempre tocaba su vientre con anhelo. Y finalmente veía su rostro demacrado por las ojeras, causadas por tantas noches sin dormir por distintos asuntos que necesitaba su secta.

Jiang Cheng trato de enfocarse en otras cosas y dejar de pensar en su separación, pero lo que la gota que derramó el vaso fue en la cacería. Jiang Cheng se separo de su séquito para buscar a Wei Wuxian, ya que su preocupación por el estúpido reto que tomó su pareja le superaban, y lo encontró, sin embargo no fue grato con quien lo encontró y en que momento.

Jiang Cheng se queda estático viendo como Wei Wuxian intenta escapar de esas manos que lo sostienen contra el árbol, así mismo intenta zafarse del beso, pero... sus inseguridades hacen mella y Jiang Cheng tiene la intención de retirarse y hacer como que no vio nada.

Lastimosamente para el Jiang, pisa una rama detrás de él y el ruido hace que Lan Wangji suelte a Wei Wuxian de su brusco agarre. El Lan le dirige una mirada llena de enojo al líder y el Jiang, quien volteo a encararlos, trata de mantener la calma. Los segundos pasan y el Lan finalmente saluda.

— Líder Jiang.

Wei Wuxian, quien trataba de respirar con normalidad, se saca la cinta de los ojos y ve a Jiang Cheng con algo parecido a la ansiedad y preocupación.

— N-No es lo que crees —asegura Wei Ying con voz temblorosa.

Jiang Cheng se da media vuelta e iba a retirarse, como siempre lo hacía cuando intentaba avanzar con su pareja y éste le rechazaba, pero una mano en su brazo lo impide. Wei Wuxian le voltea con amabilidad y le toma las manos en un agarre algo fuerte.

— No es lo que crees —dice con convicción.

— ¿Y qué se supone que creo? —pregunta Jiang Cheng con tono frío.

— No quería besar a Lan Wangji, ni siquiera sabía que era él para empezar —contesta Wei Ying con convicción.

— Comprendo.

— No, no comprendes. A-Cheng jamás podría traicionarte de esa forma, me entregaste tu corazón aquella noche estrellada en Muelle de Loto y yo te entregue el mío, te amo —Wei Ying se hinca y fija su mirada en la persona frente a él—. Te amo tanto, eres todo lo que necesito, te necesito y no pienso perderte. Esto fue un error que jamás pasará de nuevo, jamás te haría eso. Eres mío así como yo soy tuyo.

La convicción con lo que lo dice hace que el enojo de Jiang Cheng tambalee, pero el abrazo fuerte que proporciona Wei Wuxian a su cintura aún arrodillado hace que su enojo se desmorone.

— Te amo tanto —susurra de nuevo—. Eres mi alma gemela, eres mi vida, mi destino; eres mi pasado, presente y futuro, en esta vida y en las demás, en vidas anteriores y en absolutamente todas eres a la única persona que podría amar.

Mi vida eres tú - XianCheng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora