CAPÍTULO 34

83 13 11
                                    

CAPÍTULO 34



Al despertar al día siguiente bostecé prolongadamente mientras me estiraba como si mis huesos se fueran a separar para poder despertarme completamente, pero mis ojos se sentían completamente pesados.

—¿Fue real? —murmuré para mi misma por el sueño reciente que había tenido. —vamos Amy, concentrate en el ahora.

Deslicé mis piernas con pesadez para poder levantarme cuando escuché la ducha, suponía que mi compañera de habitación se había levantado momentos antes.

—Muy bien, concentración... Min-seo es asiática, asiática... —repetí varias veces frotándome la frente con suavidad para estimular mi memoria.

—¿Que haces? —la escuché acercarse y pude observarla.

—Min-seo —sonreí. —no puedo decir que recuerdo exactamente tu rostro pero tus ojos y cabellos hacen la diferencia —la señalé mientras me encaminaba hacía el baño.

—¿Gracias? —al parecer se había confundido un poco conmigo.

Suspiré complacida por el agua tibia mientras se me dibujaba una diminuta sonrisa recordando el sueño que había tenido.

Al salir me cambié mientras tarareaba una melodía que tanto me gustaba interpretar, pero hacia mucho que no podía hacerlo.

—Pareces de buen humor —llamó mi atención mi compañera.

—Lo estoy, porque dormí bien. Y porque presiento que será un buen día por alguna extraña razón —me coloqué un abrigo adecuado.

—Esperemos que si... —se dirigió hacia la puerta.  —¿tienes entrenamiento? —me miró antes de salir.

—Si, de hecho iré luego de desayunar —la alcancé para salir juntas.

—Bien, vamos a buscar a Steve —sonrió.

Nuevamente no le fue difícil encontrarlo mientras que por mi parte intentaba tomar algún rasgo distintivo para poder identificarlo.

—Min-seo, Amy... —levantó la mano para que lo viéramos —aún recuerdo, estoy bien —anticipó antes de que nos sentáramos.

—Bien, me alegra escuchar eso Steve o nos estaríamos presentando de nuevo —sonreí y él asintió devolviendo el gesto.

—Esto es perfecto, ambos despertaron de buen humor. Así me gusta, quiero una actitud positiva por aquí —agregó nuestra compañera con movimiento de manos exagerados haciendo que riéramos.

Llevaba poco conociéndolos pero su compañía era alegre y gratificante, haciendo que me sintiera más cómoda de cuando estaba mi madre. Aunque eso último haya sonado cruel.

—Rayos... ¿que hora serán? —pregunté mirando a diferentes lugares al recordar la cita con la especialista.

—Allí —señaló Steve un reloj de pared. —son las 8:50 am

—Voy tarde, es increíble... —me levanté repentinamente. —nos vemos después.

—Suerte —dijeron al unísono y pude salir con una sonrisa para dirigirme al despacho de siempre.

Toqué la puerta para luego entrar sin esperar respuesta, ese horario era mio y sabía perfectamente que mi especialista me estaría esperando.

—Buenos días, sé que vine tarde pero solo me distraje un momento... —dije cerrando la puerta y poder girar para mirarla. —lo siento doctor...

Me detuve al ver que solo había un joven con una leve sonrisa, no era de malicia pero seguramente sonreía por mi expresión que había quedado como caricatura.

ENTRE MATICES - SECUELA [COMPLETA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora