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Todos reíamos animadamente, me gustaba ese ambiente, me gustaba verla sonreír de esa manera, me gustaba verla feliz y sabía que haría cualquier cosas por mantener eso hermosa sonrisa en su rostro.

Golden se encontraba dormido en sus piernas, mientras ella acariciaba suavemente su pelaje, estábamos en el patio trasero, ella hablaba animadamente con mi gemelo, mientras yo observaba que la carne en el asador no se quemará.

Gustav y Georg habían llegado hace unas cuantas horas, fue una gran sorpresa para ellos, el ver a Maddy nuevamente, y claro que lloraron, las emociones encontradas fueron demasiadas, aunque George trataba de hacerse el duro.

Estos mismos se encontraban a mi lado, con una cerveza en su mano, el mayor mantenía su vista fija en mi y sabía que quería decirme algo, así que no me contuve.

─Vamos, suéltalo.

─Nunca... Nunca pensé verte de esta manera..─ escuché sus palabras y sonreír, cada una de las personas que lograron conocerme siempre me decían lo mismo. ─¡Mírate! Estás sonriendo como idiota mientras la miras fijamente, estás cocinando, Tom... ¡Estás cocinando!─ Una carcajada salió de nuestros labios, mientras ambos bebíamos de nuestras bebidas.

─Lo se... Estoy jodido..

─Lo estás... Tus ojos expresan tantos sentimientos.. Tus palabras, cuidas lo que dices cuando estás con ella, eres delicado cuando la tocas o abrazas, eres diferente..

─Es diferente, todo es diferente por qué se trata de ella, George.

─La miras de una forma que es difícil de explicar... ¡Joder Tom! Estás enamorado.─ Ambos reímos bajo, y en cualquier otro momento, si estuvieramos hablando de otra persona, eso hubiera sonado como una ofensa, pero no era así... Ya no intentaba ocultar lo mucho que la amaba.

─Si... Georg, me tiene como quiere.─ afirme, mientras me volteaba para poder mover la carne. ─Precisamente por eso quería que nos viéramos... Lo antes posible.

El mayor elevó una ceja, atento a mis palabras , lamió sus labios y comenzo a ayudarme en el proceso de la comida.

─Te escucho..

─Le propondré matrimonio.─ Solte veloz.

Una risa salió de mis labios al ver como tosia desesperadamente, le di unas palmadas en su espalda y segundos después ya se encontraba bien, o eso parecía.

─¡¿Que tú hasta que?!

─Shh, baja la voz.─ la regañe. ─Si... Quiero que sea mi esposa.. quiero que lleve mi maldito apellido y que tengamos tantos hijos como sea posible ¿Lo entiendes?. ─Voltee mi rostro y observe como asentía con sorpresa. ─Tengo todo planeado, el lugar, el discurso... Que por cierto es de suma importancia.

─¿Me estás invitando a tu boda?─ pregunto con diversión.

─No idiota, quiero que seas mi madrina.─ Solté con sarcasmo y ambos volvimos a reír fuertemente, está vez atrayendo las miradas de Bill y Maddy, a quien le guiñe un ojo, sonreí al ver como evitaba mi mirada, se había puesto nerviosa y con eso también sonrojada.

─Gracias... Estaré ahí.

Asentí sin voltear a verlo, mi vista siempre estaría en ella, ya tendrán que acostumbrarse.

─Podrías..

─Si, ve.

Sonreí, agradeciendo, dejando la comida cuidada por el, y camine con tranquilidad hacia mi chica, quien se encontraba de espalda, mientras esperaba que Golden le llevará uno de las palos que ella le había lanzado.

𝗬𝗲𝘀 𝗜 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗱𝗼 ; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora