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Scarlett.

—¿Entonces llegarían el día lunes?

Sí, los boletos están para el domingo. El lunes a mediodía nos tendrías contigo.

—No puedo creerlo... Me hace muy feliz esto, Ryan.

Queremos verte. Los niños están emocionados, ansiosos...

Y yo, créeme.

Marqué la página del libro que estaba leyendo. Elizabeth dijo que hoy estaría aquí, pues durante la semana no podremos vernos, ya que no dormirá en su habitación.

Tengo que hablar contigo sobre algo.

Observé mis uñas descoloridas. Debo repasar el color rosa.

—Dime. ¿Ocurre algo? ¿Hay algún problema con los niños? Ambos deberían estar al día en sus controles médicos, Ryan. Te he dicho que...

Amor, he cumplido con todo. Soy un buen padre, relájate.

Suspiré. Tiene razón, puedo desconfiar de él de mil maneras, pero jamás sobre su paternidad. Siempre ha estado al pendiente de ambos, los adora y sé que le preocupan.

—Lo siento. Estoy ansiosa, no estoy pensando claro.

Sé que eres impulsiva, seré de ayuda en estos momentos, pero deseo que me escuches atentamente y luego digas lo que piensas.

Esto es nuevo, ¿decirle lo que pienso? No es algo que Ryan diría.

—De acuerdo.

¿En qué nos deja todo esto? Te veré, podremos hablar sobre nosotros...

La sola mención me hacía sentir presionada, ¿será necesario hablar de esto ahora?

—Sí, pero no sé si sea adecuado mencionarlo ahora...

Sé lo que dirás, te conozco mejor que tú misma, Scarlett. Pero escúchame, es nuestra oportunidad de... Intentarlo otra vez, ser tú y yo, los viejos tú y yo...

—Ryan, ambos sabemos que es imposible que seamos lo que éramos, tú y yo estamos más grandes, conocemos los fallos del otro y ya no podemos remediar...

¡Justo por eso! Rubia, tú y yo sabemos de qué manera hemos fallado, sabemos...

¿Hemos?

No...

—Ryan... No me hagas esto ahora, quiero que la visita de los pequeños sea buena y...

No te presiono con una respuesta, es más, prometo que haré que al final del viaje, tu desees que funcione... No lo repetiré, mis acciones hablarán más que mis palabras. Lo prometo, en serio.

No dije nada. Simplemente dejé ir un suspiro. Un repiqueteo suave llamó mi atención desde la puerta.

—Debo colgar... Te espero el lunes.

Allí estaremos... Y rubia...

¿Mhm?

Te amo. Porque eres mi esposa, y juré que mi amor sería solo para ti desde el momento en el que te conocí...

Sonreí.

Podía recordar nuestras primeras citas, nuestra luna de miel en Italia... Todo, absolutamente todo lo que pareció tener sentido alguna vez.

—También te amo, Ryan. Espero que se encuentren bien. Recuerda la mantita de Rose y no olvides las gafas de Elliot.

No lo haría. Un beso.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora