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Felix se quedó mirando la pequeña llave plateada atada alrededor de una botella con agua, que Christopher había puesto enfrente de él. Él desató la pequeña cuerda y sostuvo la llave ante Jisung y Christopher.

— Muy bien, chicos, ya casi ha pasado una semana. Esto está empezando a hacerse viejo.

— Cariño, nosotros solo queríamos asegurarnos de que estás preparado. Mejor prevenir que lamentar. —Jisung se echó a reír.

— ¿No has oído hablar de sexo seguro? —Christopher agregó, haciendo que Jisung lo empujara, ya que ambos se desplomaron contra la barra con una risa histérica.

Felix rodó los ojos ante sus risas ya casi había pasado una semana desde que Felix había esposado a Changbin a su cama y habían hecho el amor y se le olvidaron las llaves para abrir las malditas esposas. Jisung y Christopher se seguían riendo de eso.

No habían dejado de reír desde el minuto en que Felix les había llamado por teléfono y les pidió llevar la llave. Incluso después de aparecer en el condómino de Changbin, ellos se habían negado a dar a Felix las llaves, en cambio corrieron por delante de él al dormitorio, encontrando a un sumamente avergonzado Changbin, delante de ellos.

Desde entonces habían hecho todo lo que había estado a su alcance para recordarle a Felix, que había estado tan concentrado en hacer el amor con Changbin, que se había olvidado de pedir las llaves para las esposas. Casi cada vez que Felix se daba la vuelta, le salían llaves por todos lados.

Ahora tenía una caja llena de ellas en cada forma y tamaño. Al principio era un poco incómodo, pero ahora estaba terriblemente avergonzado de haber olvidado la llave, fue por eso que había comenzado a guardar las llaves. En primer lugar, porque nunca tendría que pasar de nuevo por eso y en segundo lugar, porque realmente era gracioso.

Felix deslizó la llave en su bolsillo y tomó un rápido trago de su agua, mirando a Jisung y Christopher todo el tiempo. Puso su agua de nuevo en la barra, y les enseñó la lengua a ellos.

— Voy a ir a bailar.

Eso hizo que Jisung y Christopher tuvieran otro ataque de risa. Felix se limitó a negar con la cabeza, cuando salió a la pista de baile y empezó a bailar. A medida que iba girando alrededor de la pista, su mirada iba al gran espejo de un solo sentido en el segundo piso con vista a la barra.

Sabiendo que Changbin lo miraba, Felix meneó un poco más sus caderas, con una pequeña oscilación en su paso. A Changbin le encantaba mirar a Felix bailar. Decía que era como verlo tener relaciones sexuales en la pista de baile. Pero ahora, Felix solo bailaba para Changbin.

Felix ahora sabía que le pertenecía a Changbin tanto como Changbin le pertenecía a él. Desde aquella noche hacía casi una semana, ellos lo habían hecho casi como conejos. Cada vez había sido maravilloso, aunque Felix tenía que convencer a Changbin de hacer el amor pero sin las esposas.

Hacer el amor con Changbin era la cosa más maravillosa que hubiera experimentado alguna vez. Y él no tenía ninguna duda de que pronto estarían haciéndolo sin esposas. Ambos habían usado una serie de medios para aliviar la tensión del otro, sin las complicadas restricciones. Solo era que Changbin aún se asustaba lo suficiente como para insistir en estar inmovilizado.

Felix pasó sus manos por sus caderas y el pecho, y sus ojos nunca dejaron el vidrio donde sabía que Changbin lo miraba. Le sopló a Changbin un besito y con la boca le susurró las palabras "Te amo", antes de poner distancia y bailar más cerca a la multitud. Él sonrió mientras bailaba alrededor de la pista pensando en todos los momentos maravillosos que aún estaban por venir teniendo a Changbin en su vida.

Mr. Wonderful ☆ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora