Epilogo

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—Felicidades, abogado Park.

Asentí en modo de agradecimiento, recogí mis documentos y abracé a mis compañeros de clase.

Finalmente estaba graduado.

La sonrisa en mi rostro era genuina, quería llorar de felicidad, quería saltar y poder abrazar a mi familia nuevamente.

Pasaron aproximadamente 4 años mientras yo estudiaba, estaba actualizado de lo que pasaba en mi casa y lo que hacía mi familia casi a diario.

No niego que este proceso fue realmente dificil, al llegar a Itaewon busqué un empleo de medio tiempo y afortunadamente me dieron uno repartiendo pizzas por las tardes, era cansado, bastante, pero era un sacrificio que hacía por Eun-Ji y Hana.

Por las mañanas, iba a la universidad, estudiaba desde las 7 a las 3, luego de 4 a 10 trabajaba de repartidor. Llegaba a mi cuarto universitario cansado, hacía mis tareas y estudiaba casi hasta las 3 de la mañana. Esa fue mi rutina diaria durante casi 3 años.

El último año de universidad fueron de prácticas, por lo que trabajé en un pequeño despacho tramitando documentos.

Todos mis esfuerzos valieron la pena, cada desvelada y cada comida que perdí solo por quedarme estudiando un poco más.

Ahora, la vida me estaba dando la bienvenida nuevamente, el sol brilló a mi favor.

"Pasajeros, en unos cuantos minutos estaremos descendiendo a Hoedong-dong, Busan"

Los nervios manifestándose en mis piernas casi me hicieron caer al bajar de las escaleras del avión, no era nada sencillo ocultar las ganas de correr hacia casa.

Me mantuve tranquilo, pero mi corazón latía desesperadamente de tan solo pensar en cuánto habría crecido mi pequeña hija estos últimos meses. Tenía unas inmensas ganas de abrazarla.

Estuve viniendo a visitarlas en viajes cortos, pero no pude durante mi año de prácticas porque debía trabajar en el despacho, así que no había visto el crecimiento de mi hija y me había perdido algunos días importantes como su primer día del preescolar.

—¿JiJi?

—¡Hola! ¿Ya has llegado?

—Si, estoy caminando hacia el aeropuerto. Las veré en casa.

Escuché una risita al lado de la línea seguido de un "okay", colgué y me apresuré a buscar mis cosas.

Una vez ahí, continué caminando, casi hasta llegar a la salida donde planeaba pedir un taxi. Estaba feliz y quería abrazar a mi familia, ver a mi mamá y a mi papá, incluso a mi hermano.

Arrastré mis maletas sobre el suelo, caminando al son de los latidos de mi corazón, cuando una diminuta voz retumbó en un eco.

Volteé casi de inmediato.

Unas pequeñas piernitas corrían hacia mí, con un ramo de flores y un adorable birrete en su cabecita. Esos ojitos eran inconfundibles, porque eran idénticos a los de su madre.

—¡Papi!

Hana.

Realmente era Hana.

Solté mis cosas y corrí hasta alcanzarla, la alcé en mis brazos para abrazarla. Esto era muy inesperado pero adorable, se veía tan linda en su pequeño vestido azul y el pequeño birrete de graduación, sabía que todo esto era por mí.

A lo lejos vi la silueta de una mujer, pude notar su vestido azul y las ondas en su cabello marrón, la sonrisa que adornaba en su rostro era radiante y magnífica.

Embarazada | Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora