capítulo 1

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Al bajar del autobús escolar, corrí de prisa hacia casa, ya se me había hecho tarde para el partido de fútbol, hoy jugaba mi novio, y había quedado en que iría a verlo jugar.

Entré a casa y cerré la puerta detrás de mí, no había nadie ya que solo vivíamos mamá y yo, pero ella trabajaba así que siempre pasaba yo sola.

Subí a mi habitación y tiré la mochila en el suelo, me metí al baño para bañarme, ya que andaba demasiado sudada, y me sentía asquerosa al andar así.

Me tarde menos de lo normal ya que el tiempo no estaba a mi favor. Puse música en inglés para relajarme y despejar la mente un poco, saqué el oufit de mi closet que había dejado ya hecho la noche anterior, que consistía en unos jeans rectos, un top blanco de tirantes y unos tenis del mismo color que el top.

Me puse la ropa y sin duda me miraba bien guapa, me sentía demasiado satisfecha con el oufit a pesar de ser un básico.

Sequé mi cabello con la secadora, y me maquille un poco para disimular mis ojeras. Me estaba echando gloss cuando la música se detuvo y mi teléfono comenzó a vibrar, robándose toda mi atención, caminé hacia mi cama donde lo había dejado hace rato, lo tomé y sonreí como tonta al ver de quien se trataba... era Marcos, mi novio. Rápidamente contesté y una voz ronca y sexy sonó al otro lado.

—Cariño, estoy afuera de tu casa. Sal —pegué un pequeño grito, y sin decirle nada ni cortar la llamada, tomé mi bolsa y corrí hasta salir de casa donde me encontré con un carro negro, polarizado, era el auto de Marcos.

No sabía si subir así que me quedé viendo el auto unos segundos De pronto la puerta se abrió dejanme a la vista a un chico sexy frente mío, me quedé como boba mirándolo pero es que tenía unos ojos marrones que me encantaban. Vestía unos jeans azules y una playera rosada, con unos tenis negros, que lo hacían lucir jodidamente bien.

Él se acercó a mí sin dejar de sonreírme, me dio un pequeño abrazo y luego se separó de mí, quedando a unos pocos centímetros de distancia.

—Que guapa te ves, Clara —dijo pronunciando la última palabra en un tono de burla, él sabía que no me gustaba que me llamara Clara, aunque ese era mi nombre, pero para él yo me llamaba "mi amor". Rodé los ojos y no dije nada, así que él volvió a hablar rompiendo el silencio.

—Vamos, ya es tarde.

Pasé por su lado pero él me detuvo tomándome fuerte del brazo, me giré hacía él ya un poco irritada con el semblante serio.

—Te ves preciosa, nena —Dijo mientas rompía toda distancia que había entre nosotros dos y me daba un delicado beso. Le respondí de inmediato profundizando el beso, y olvidándome de todo y de todos, sólo éramos él y yo.

Me separé de él por falta de aire, y nos quedamos mirándonos a los ojos unos segundos.

—Ya vamonos —dije casi en un susurro.

Él no me respondió, sólo se dedicó a mirarme.

—¡Ey! —exclamé, tomándolo de la mano.

—¡Sube! —ordenó, dándome una nalgada, rodé los ojos y subí a su auto en el asiento copiloto.

Él me imitó.

—¿Sabes? —dijo robándose toda mi atención, mis ojos se encontraron con los suyos —Hoy te voy a dedicar muchos goles, preciosa.

No pude evitar sonreír, sin duda este chico me hacía sentir feliz.

Él encendió el auto y comenzó a conducir por la carretera, que estaba llena de autos como siempre. Puso mis canciones favoritas en todo el recorrido, en unos minutos ya habíamos llegado al estadio donde jugaría él con su equipo.

Antes de bajar del auto, me dio un pequeño beso en la frente.

—Hueles a sandía —dijo mientras bajaba del auto y cerraba la puerta. Yo bajé después de él.

Rodé los ojos.

—Es por el shamppo. ¿Te gusta?

Marcos asintió y sonrió.

Caminamos hasta los vestidores, sin embargo nadie tenía permitido entrar ahí además de los futbolista así que me despedí de él y me fui a sentar en una banca no muy lejos de los vestidores.

No paso mucho tiempo cuando Marcos salió, ya con el uniforme del equipo, se miraba perfecto, me quedé mirándolo fijamente con una sonrisa boba en el rostro, él iba caminando en otra dirección con sus amigos, yo sólo me límite a mirarlo.

Marcos tenía unas piernas demasiado sexy y marcadas ya que iba al jym, bueno, todo su cuerpo era sexy.

De repente algo me sacó de mis pensamientos sobre lo guapo que era mi novio.

Una chica castaña, de mi misma estatura y delgada, se le acercó a Marcos y se abrazaron, comenzaron a hablar como si se conocieran desde hace tiempo y fueran grandes amigos.

Tragué saliva sin quitarles la mirada. Estaba demasiado cerca de mi novio para mi gusto. Era una chica demasiado hermosa tenía que admitirlo, tenía un rostro muy marcado, sus cejas gruesas y pestañas largas, de piel pálida y ojos azules, su cabello castaño le llegaba hasta su diminuta cintura, y una nariz respingada. Y no hablar de su bella sonrisa muy atractiva que la hacía lucir aún más hermosa cada que sonreía. Sin embargo me molestaba y mucho, me sentía insegura frente a ella, ella era perfecta.

Luego la chica se despidió y se fue. No podía desconfiar de mí novio, ya llamábamos saliendo ocho meses, no podían arruinarlo mis celos. Marcó y yo nos conocimos hace dos años, cuando yo estaba pasando una etapa muy dura en mi vida, mi padre había muerto y entre en una depresión horrible, no hablaba con nadie ni salía de casa, todo el tiempo la pasaba llorando o viendo películas tristes para sentirme más triste y mal. Y un día lo conocí a él,  fue como mi salvador, aunque casi me mata en realidad, fue una manera muy rara de conocernos, yo iba de regreso a casa después de haber salido obligadamente a comer con Michael, mi mejor amigo, bueno, mi ex mejor amigo, después cuento la historia, el punto es que iba de regreso a casa en mi bicicleta cuando de repente casi muero atropellada por Marcos, no me fije al cruzar y el freno de golpe, caí al suelo pero no sufrí ningún daño sólo unos pequeños raspones, estaba furiosa le grité muchas cosas, ninguna buena, pero lo que más me molestaba era que el cabrón sólo me sonreía, eso fue lo que me cabreo y desde ese día me enamoré.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2023 ⏰

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