𝑆𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝐼𝑚𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 | 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟

4

Leah Brunet.

— ¿Me responderás?

Voltee a verlo con mis labios entre abiertos y totalmente apenada y nerviosa de tenerlo frente a mi.
¿De todo mundo que pude encontrarme en un lugar así tenía que ser con él?
Un momento, ¿que hacía él aquí?

— Yo... —honestamente no podía pensar en decir algo, estaba mal esto. Se veía muy mal. Estaba en un club siendo menor de edad, y ahora mi vecino el cual tiene una increíble relación con mis padres me había descubierto.

— ¿Tú..? —inclinó medio cuerpo hacia mi. Lo miré hacia arriba con cierto nerviosismo.

— Estoy aquí con unos amigos.. —confesé.

— ¿Cómo es que te dejaron entrar? ¿Te pidieron identificación?

— No.. yo solo...

— ¿Te colaste? —rió un poco y negué nuevamente.

— Por favor no menciones esto.. yo no quería estar aquí, pero mis amigos insistieron y bueno..—su dedo índice se posó en mis labios haciéndome callar.

Mi piel se erizo al sentir su tacto, su mirada callo sin discreción alguna a los mismos que mantenía aprisionados con su dedo. Poco a poco sentí como ese simple gesto de detener algo se había convertido en una caricia muy pero muy ligera, pero aún así podía sentirla.
Acarició el contorno de mis labios mientras los observaba con deseo, podía notarlo en sus pupilas, estaban muy dilatadas.

Sentía como mis piernas temblaban en lo interior, mi corazón latía desenfrenadamente por la poca distancia y el estarlo observando tan sumisamente tan solo me hacían tener unas imágenes que no debería tener.

— Tranquila, peque. Solo creo que este no es un lugar adecuado para una chica como tú —alejó su mano y se enderezó con una tranquilidad increíble.

— ¿Por?

— Eres una niña —recordó.

— Estoy a meses de cumplir los dieciocho —recordé y el sonrió.

— Hasta entonces —volvió a inclinarse y acarició mi mejilla lentamente haciéndome sentir una revolución en mi estomago.

Si con tan solo sentir su dedo índice en mi mejilla me hacía temblar, no quiero ni imaginarme cuan extasiada me tendrían sus caricias más aya de eso.

— Sigues siendo una pequeña niña —terminó y volvió a alejarse.

— Yo debería de estar sorprendida, no tú —traté de cambiar el tema. Me vio con una sonrisa irónica.

— ¿Por qué lo dices?

— Nunca me imaginé encontrarte en un lugar así —admití.

— Bueno, no me conoces del todo —hizo una mueca.

— Lamentablemente, es cierto.

— Podemos solucionarlo —me guiño y el ojo y yo parpadeé varias veces de lo inesperado que fue.

¿Estará ebrio?

— Ya tengo que irme —le sonreí un poco.

— Si, deberías estar en casa ya.

— No, me refería a irme con mis amigos, deben estar esperándome afuera —caminé a la salida del baño pero antes de cruzarla sentí un ligero jalón en mi brazo.

— Este no es lugar para ti, Leah. Es mejor que vayas a dormir, puedo llevarte yo, si gustas. ¿Viniste en coche? —asentí— entonces déjame llevarte, estaré más tranquilo al saber que estás durmiendo en casa.

¿Por qué tenía que ser tan tierno?

Dios, este hombre era todo lo que necesitaba.
No lo iba a negar.

— Descuida, no me pasará nada. Además, como dije antes, vengo con mis amigos. No los dejaré aquí solos. Mejor sigue disfrutando de tu noche, Gallagher —dije y me solté amablemente de su agarre para luego salir del baño en busca de mis amigos.

Noté como Aaron cuidaba a lo lejos a Sasha quien bailaba con un tipo del cual no lograba distinguir su rostro. Decidida iba a acercarme a ella con cierta molestia pero él me lo impidió haciendo entender un poco de que esta era la razón por la que habíamos venido; para divertirnos.

— Tú deberías de hacer lo mismo —me extendió la mano y lo mire confundida— Ven aquí —dijo riendo y sin más entrelazó nuestros dedos para luego encaminarnos a la pista de baile.

Sentí como me tomaba de la cintura con respeto y yo sonreí un poco para luego poco a poco dejarme llevar por la música al igual que él. Nos reíamos, bailábamos, abrazábamos y demás, todo con mucha adrenalina, alcohol en nuestro interior y sin preocupación alguna.

Aaron se acercó a mi oído y susurró un "no me tardo" para luego ir detrás de un camarero el cual llevaba una bandeja con bebidas, traté de calmar mi respiración y mientras me echaba algo de aire debido al calor que hacía sentí nuevamente unas manos pero esta vez en mis hombros. Giré un poco mi rostro sin entender su semblante.

Sin decir nada me jaló hacía él haciendo que nuestros cuerpos pegaran de lleno. Mis piernas chocaban con las de él mis manos intentaban recobrar espacio entre nosotros manteniéndose en su pecho, y las suyas se deslizaron delicadamente por toda mi silueta examinando y deleitando por completo.

El calor en mi se intensificó de una forma tan magníficamente rápida y el impacto entre nosotros me hizo soltar un pequeño jadeo.
Poco a poco fue guiando mi cintura a la par con la suya junto al ritmo que llevaba la canción. Con una de sus manos me tomó de la barbilla haciendo que levantara mi rostro y lo viera de la misma forma que él a mi; directamente a los ojos.

Acercó su rostro y nuestras narices rozaron, cerré los ojos ante la caricia y luego sus palabras resonaron en mi oído.

— Te dije que este no era lugar para ti..

En un movimiento rápido me dejó de espaldas a él y nuestros cuerpos no podían estar más pegados. Sentí su respiración cerca de mi cuello y yo no podía articular ni un solo movimiento al tenerlo detrás de mi.

Él volvió a susurrar

— El que estes aquí simplemente me hace olvidarme por completo de que eres menor..

— ¿Y que con eso? —pregunté sorprendida de poder hablar. Su mano se deslizaba lentamente de abajo hacia arriba por mi muslo desnudo.

Tenía la impresión de que mi vestido estaba más arriba de la cuenta.

— Me hace pensar que puedo hacerte lo que yo quiera porque en verdad me están matando las ganas de no poder tocarte a mi antojo en este preciso momento..