CAPÍTULO 23: Confianza

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HOLAAAAAA A TODOOOSS Y TODASSSSS!!!! 

Si si si, lo sé, se que llevo mucho tiempo desaparecida y que me odiais. LO SIENTO. La verdad es que el mes de mayo tuve todo examenes y por eso estuve desaparecida, la primera semana de junio le di clases de estadistica a mis amigas y luego acompañe a  mi prima a selectividad (para la gente de fuera de España, las pruebas de aceso a la uni). Y estas dos semans la verdad que las aproveche para estar con mi familia y amigos ya que estoy estudiando lejos de casa y llevaba tiempo sin verles. 

Bueno pero ya estoy más libre y podre intentar escribir más amenudo. Espero poder subir capítulos con mayor frecuencia pero depende tambien de mi imaginación asi que no se sabe. 

Espero que disfruteis mucho el capítulo, ya casi esta terminado el siguente y empezare en breves otro. 

UN BESAZOOOOO, SOIS L@s S MEJORESSS

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El sonido de la puerta al cerrarse provoca que Ansu deje de observar la vista exterior para observar la vista interior. Eira entra con una mochila colgada del hombro y colocandose el flequillo, y él es incapaz de apartar la vista de ella, es hipnótica, la forma de moverse, de colocarse el pelo, de sonreír, de mirarlo, todo en ella te lleva a mirarla y venerarla.

"Gracias por dejar que me quede a dormir, pero deberías estar abajo disfrutando de lo bueno de tu fiesta"- la mochila queda en la silla que está pegada a pared cerca del baño

" Lo mejor de la fiesta está aquí" - la tiene justo en frente de pie con el brillo de la luna dando en su cara.

La respiración se le entrecorta con la imagen de la pelinegra mordiéndose el labio inferior en una sonrisa medio oculta. Su dedo roza el labio contrario liberándolo de sus dientes, siente la intensa mirada de ojos diferentes en cada uno de sus movimientos pero la suya no se despega de los labios carnosos y suaves que acaricia con su pulgar. La imagen de su sueño vuelve a repetirse y es incapaz de dejar de pensar cómo se sentiría besar el cielo. Está a las puerta del paraíso, sus alientos se mezclan y puede notar ese olor dulzón que lo lleva a acercarse más hasta que sus labios se rozan en un mínimo contacto, suficiente para que todos sus sentidos colapsen, su cuerpo tiembla ante la intensidad del momento, su corazón retumba en su pecho y si no fuera por el volumen de la música que se filtra del piso de abajo, ella podría escuchar perfectamente los latidos acelerados de su corazón. Su mente solo tiene la idea de besarla, no hay ningún otro pensamiento que no sea ese. Sus labios cosquillean aún conscientes de ese mínimo contacto con los contrarios. No sabe si es capaz de resistir mucho más está tensión, este cúmulo de sensaciones que lo tienen en un limbo, y entonces ella junta su labios con un beso que pone todo su mundo a temblar, un beso en el que sus labios se mueven al compás con un encaje perfecto, como el engranaje de un reloj que ante la perfección del momento para el tiempo, reduciéndolo a ese primer beso.

Y cuando el beso finaliza ya sabe lo que se siente al besar el cielo pero nunca había pensado que eso le llevaría a conocer el calor del infierno, ese pecado que cometería todo la vida y del que alardearía orgulloso con lo demonios durante el resto de su eternidad, al haber conocio lo que es estar en el cielo con un ángel sin nunca haber entrado en él.

Eira lo mira con las manos acariciando su nuca y con los labios húmedos, tentándolo siempre a probar más, a volver a disfrutar el néctar de los dioses en sus labios. Y el como un simple mortal no resiste al pecado placentero que supone besarla. Un segundo beso un poco más intenso, con en la cercanía de sus cuerpos y el jugueteo tonto de sus lenguas.

Roma ardiendo y tu bailando {GADRI}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora