CAPÍTULO UNO: OLOR A FELICIDAD

309 46 10
                                    

Entrar a la universidad no era necesariamente el fin del mundo, lo era cuando se tiene en cuenta que la carrera que escogiste era simple y llanamente por puro descarte, ya que nada te gusta ni te emociona ni te inspira, pero JungKook estaba tratando de verle el lado positivo.

Su padre se había empeñado en animarlo, explicándole que era una experiencia nueva, que realmente no tenía mucho que perder y tenía razón; JungKook sabía que lo único que haría sería aprender cosas que le servirían para el futuro en vez de sentirse insuficiente en su habitación a las tres de la madrugada. Así mismo, a pesar de que ahora siguiera sufriendo de sus crisis existenciales, al menos sería mientras consigue un título universitario.

Cuando terminó con la secundaria sus familiares no paraban de decir que cualquier carrera que escogiera sería la indicada, pero sabía que todos esperaban que escogiera una que no tuviera relación alguna con el arte o sus derivados, así que no pudo decir que no cuando su padre le dijo que había encontrado la universidad perfecta. Después de todo, era bueno con los números y sabía que la contaduría era la mejor opción, todas las empresas grandes necesitan un contador.

No pasó mucho tiempo para que JungKook entendiera que "ser bueno con los números" no era necesariamente una ventaja en contaduría; habían muchas otras materias pesadas que sólo serían piedras en el zapato del joven adulto y para ese punto de su vida, esta comenzando a arrepentirse de aceptar tales piedras por un "bien mayor".

Su madre, tan dulce como siempre, le dijo que no era la gran cosa, que realmente era algo sencillo y que en su tiempo, ella había logrado hacer eso y más. Su tía, igual que su hermana, mencionó que no entendía por qué tendría que sentirse mal al respecto, si solo era estudiar y aquello era su obligación. JungKook no necesitó de más para saber que no podría hablar con nadie sobre sus miedos e inseguridades con respecto a la universidad, pero se sentía aterradoramente ahogado y tuvo que soportar esa sensación hasta que la fecha de inicio de clases, después de todo, abrir la boca solo lo llevaría a tener una charla larga y tendida con su padre sobre "los adolescentes y sus inmadureces irracionales".

Su familia siempre estuvo cerrada a muchas cosas, su infancia estuvo llena de reproches y su entorno giraba en torno al perfeccionismo y en terminar todo lo que se comienza sin importar lo incómodo que se pudiera estar durante su desarrollo. No había lugar para errores en su vida y él no quería ser el primero en la familia en decepcionar a los demás; él es un alfa fuerte y grande, con un aura poderosa y con grandes posibilidades de encontrar un buen pretendiente que le diera la vida de una familia convencional que sus parientes querían para él, una donde tuviera dinero, una carrera seria y quizás dos niños... o al menos eso era lo que le habían dicho que debía tener.

Sin embargo, él no pensaba mucho en ese tema en particular, ya podría tocar el asunto con sus padres luego y conversar como adultos funcionales sobre cuáles eran las metas que él tenía en la vida... si es que lograba encontrar alguna en particular que les agradara.

Por ahora, él sólo debía terminar lo que comenzó y obtener un título para que ellos estuvieran contentos... pero sonaba más fácil decirlo que hacerlo.

—Buenos días, mi nombre es Jeon JungKook y escogí esta carrera porque... quiero aprender algo nuevo y la contaduría me interesa mucho —dijo con una seguridad no tan palpable y una sonrisa algo torcida.

Aquella fue su presentación cuando el profesor les preguntó a cada uno de los alumnos por qué se les había ocurrido inscribirse en esa carrera y una vez que se sentó se sintió como un tonto.

Vaya mentira había soltado y bien que el profesor se la había creído.

Durante aquel primer día de clases sentía que su cabeza estaba dentro de un balde lleno de agua y el cansancio calaba hasta sus huesos, provocándole una fatiga casi asesina. Mientras veía al profesor se sentía aún peor, era absurdo, incluso el hombre lucía jodidamente aburrido con lo que estaba explicando y el desánimo que le producía era suficiente para que quisiera golpear su cabeza contra el escritorio.

Un poco común triángulo amoroso ♡ vhopekook ❀ omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora