Capítulo 2

203 24 5
                                    

La inocencia no podía durar para siempre.

Jungkook no recordaba cuándo había sido la última vez que la había sentido, o si quiera si la había tenido. Desde pequeño, toda su vida había sido cuesta arriba, con la violencia doméstica formando parte de su día a día. Las parejas de su madre iban y venían, pero dejaban marcas eternas. Recuerdos de peleas ruidosas, de gritos paralizantes y de golpes dolorosos.

En un punto, la falta de protección que recibió de su progenitora y el constante recordatorio de que su nacimiento no había sido deseado, sino peor, forzado, le generó tanto dolor y confusión, que en un punto la hinchazón se volvió tan grande hasta entumecer ciertos aspectos de su ser. No esperaba amor de su madre, incluso aunque muy en el fondo deseaba poder tenerlo. Había aprendido a que esa era su vida. Era lo que le había tocado.

Su madre se había mudado constantemente, siguiendo a sus novios que eran los únicos capaces de mantenerla económicamente, hasta que su abuela murió y ella pudo quedarse con su casa y que ambos tuvieran un lugar fijo en el cual vivir. Ella solía trabajar limpiando casas, pero en ocasiones perdía sus trabajos por robar o estar bajo el efecto de alguna sustancia.

Podía solventar los gastos básicos con un pequeño préstamo que brindaba el gobierno a cambio de que los hijos de personas carenciadas asistieran a la escuela. Era la única razón por la cual su madre le enviaba al colegio, porque no era como si se preocupase por su futuro o si quiera pensara en ello.

- ¿Por qué te golpeó? – le preguntó a Jimin, tras ver un golpe en su labio y unos moretones en su brazo.

- Papá odia que falte a la escuela – respondió Jimin, en esa época sus mejillas estaban algo rellenitas, aún tenía cara de niño – Quiere que sea ingeniero y tenga dinero para mantener a la familia.

- ¿Y tú quieres ser ingeniero?

- No – se encogió de hombros. Jungkook parpadeó, mirándole fijamente y con curiosidad. Jimin estaba excavando en la tierra debajo de ellos con una ramita que había encontrado entre las hojas del árbol debajo del cual estaban sentados.

- ¿Y qué quieres ser?

Jungkook realmente quería saber. Él también era obligado a ir al colegio, pero no tenía idea de qué haría una vez lo terminara. Nunca nadie le había dicho qué posibilidades tenía, o si siquiera las había. Nadie le había hablado sobre grandes profesiones o sobre tener una meta o un sueño. Así que quería escuchar lo que su reciente amigo tenía para decir. Pero éste levantó los ojos del pequeño pozo que había hecho con la ramita, y miró hacia delante, hacia la acera donde había algunos autos pasando. Frunció sus labios pensativo, buscando una respuesta.

- No sé, ¿feliz? – entonces sus miradas se encontraron – Sólo quiero hacer cosas que me hagan feliz.

Jimin no pensaba en el futuro, pensaba en el momento. Vivía cada segundo haciendo lo que tenía ganas de hacer y donde sus capacidades se lo permitían. Jimin parecía no pensar en tener una posibilidad de soñar con una vida próspera, con mejorar su situación económica y con tener un hogar digno. ¿Qué era eso? Ninguno de los dos conocía algo así en sus vidas, ni tampoco sabían cómo conseguirlo. No tenían ningún ejemplo para seguir, habían sido empujados hacia el vacío sin ninguna idea de cómo conseguir lo que querían. Y es que tampoco sabían qué querían. La felicidad era algo demasiado amplio y momentáneo. Lo único que conocían eran formas momentáneas para satisfacer sus necesidades.

Lo que valía allí era cada minuto, cada pequeño y fugaz segundo. La diversión, el alcohol, el sexo, los chistes y las risas entre amigos, eso era lo único a lo que ambos podían aferrarse para no perderse en la miseria y la oscuridad del mundo en que vivían.

• Falling for you  ~ [KOOKMIN] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora