Sia
Me desperté y River ya no estaba, tendría que haberse levantado muy temprano para que no nos diéramos cuenta. Me tuve que despertar de mi acogedor sueño e incluso aunque no lo fuera prefería dormir a cualquier cosa. Cuando llegué a la cocina mi madre me miraba fijamente. -Mamá, no soy la Bella Durmiente, la gente no se levanta peinada y con la cara perfecta. -Sia, ¿Qué pasó anoche? -Nada -Es que hubo mucho ruido -Se caería algún libro o algo -Sería eso-. Uf, por los pelos, me había librado por muy poco. Me hubiera gustado poder decirle a mi madre qué fue exactamente lo que pasó, pero ni siquiera yo lo sabía.
Flashback
17:00 - West me llama, sus hermanas Tamara y Amy tienen que hacer un trabajo con Maia.
18:00 - Se presentan en casa West y sus hermanas, pensé que West se iba pero me pidió entrar.
18:05 - Me cuenta lo de la ruptura de River y Heather. Comenzamos a hablar.
20:30 - Nos llaman los padres de West. Se tienen que quedar a dormir.
21:30 - Cenamos.
23:30 - Nos vamos a dormir.
Este se suponía que había sido nuestro itinerario, pero sobre las 24:00 West recibió una llamada. Pensé que serían sus padres, pero me equivoqué. West colgó, y rápidamente bajó hasta el salón, le seguí. -West, ¿qué pasa? -Es River, necesita ayuda. Está aquí en tu puerta. -Espera que coja las llaves-. West no mentía, River estaba de pie esperándonos. Cuando nos acercamos a él entendimos el porqué de que necesitara pedir ayuda. Tan solo su cara presentaba innumerables marcas de golpes, moratones y rasguños lo cubrían, parecía un saco de boxeo. Tanto West como yo sabíamos que meterlo en casa sería una mala idea, demasiado ruido, muchas explicaciones... Así que West me miró con una de esas miradas que no necesitan palabras para describir lo que quieren. Su mirada esta vez decía "Es tu territorio, elige tú el camino". No tuvimos otra opción. Llamé a la casa de Azula, y aunque no sabía nada tan solo necesitó ver a River para comprender que necesitaba ayuda y ya. Sacó el botiquín de su armario y me lo dio a mí; Me tomé aquello muy enserio, primero le quité la camiseta para poder analizar con qué debía empezar primero. Cogí algodón y agua oxigenada y empecé por los cortes. Sabía que debía picarle, pero con lo borracho que estaba seguramente no notaría todo el dolor que debiera. Después de vendarle la mano que tenía el peor corte tuve que examinarle las costillas. Aunque costaba bastante no dejar de mirarle los abdominales. Era lo único que no podía entender de los médicos. Se pasan el día viendo a personas semidesnudas y deben tener el control suficiente para no abalanzarse sobre ellos cual tigre hambriento. Y este momento parecía uno de esos. Después de curarle todas las heridas teníamos que decidir dónde dormiría. Y como mi cama era más grande que el sofá en el que West estaba durmiendo tuvo que dormir conmigo. Intentaba no acercarse a mí, mas le era bastante complicado pues mi cama era grande en comparación al sofá, pero nadie la podría considerar de matrimonio. Por un momento sucumbí a mis instintos naturales y lo abracé, él abrió los ojos. Me acerqué a su oído y le susurré que podía llorar, esta ocasión lo merecía. Él siguió abrazándome y sentía una sensación tan cálida que al poco me quedé dormida.
Fin del flashback
Aquel sábado 21 de enero decidí que River y yo nos íbamos al campo. Bueno más bien es un parque, porque es lo máximo que podemos esperar teniendo en cuenta que ninguno podemos conducir y que nuestro único medio de transporte eran las bicicletas. Metí en una cesta algo de comer, un mantel y agua. Una vez que llegamos al parque decidimos tomar el sendero de tierra clara. Después de los diez minutos en silencio por los cuales anduvimos a través des a un claro vacío y perfecto para celebrar allí la picnic-reunión.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo a amar
RomansaRiver desea ser jugador de fútbol e ir a una universidad deportiva, pero es muy rebelde y no acata las normas. Además consigue gracias a su inutilidad en lo referente al arte que su nota media descienda y ahora debe aprobar esa asignatura para subir...