Capitulo 39

2K 145 5
                                    

SOFÍA GARCÍA.

Salí del edificio y me subí al auto pidiéndole a Tomasso que se dirigiera al centro comercial para poder comprar los adornos navideños.

Me sentía mal con respecto a Francesca, un día era una persona y luego de un día para otro era una muy diferente.

Ella no me permite conocerla y acercarme a ella, se que su mundo esta ardiendo en llamas y ella solo se queda mirando el desastre que causa en ella misma, es como si no quisiera soltarlo y se aferra a algo dentro de ella, algo con lo que lidia día y noche, su mirada no lo oculta u tal vez no lo oculta cuando baja la guardia junto a mi.

No se que me sucede con Francesca, pero no quiero darle más cabeza al asunto, quiero vivir lo que tenga que pasar y afrontar lo que sea que venga.

Luego de unos minutos el auto se estacionó a las afuera del centro comercial.

Le pedí a Tomasso que se mantuvieran a lo lejos, que necesitaba respirar y pensar, no muy convencido acepto con la condición de que aceptara un pequeño control que tenia un solo botón en rojo.

—signora se succede qualcosa o nota qualcosa di sospetto non esiti a premerlo e la metteremo al sicuro.
(Señora, si algo sucede u nota algo sospechoso no dude en apretarlo y la pondremos a salvo)— dijo el italiano y yo asenti.

Comencé a caminar por varias tiendas comprando algunos pequeños adornos para el árbol ya que luego le pediría a Tomasso que me ayudara con un árbol de navidad para ponerle un poco de luz a esa mansión que parecía una baticueva sombría, sigo sin entender muchas cosas de esta familia, pero no me queda más que quedarme con la duda y así evitar una gran discusión con Francesca. No es que sea una metida, pero desde que entré a esa mansión tuve un presentimiento muy raro el cual ni siquiera yo misma puedo describir.

Pase por varias tiendas comprando regalos de navidad para todos, excepto Francesca, se que para ella no son importantes los regalos de navidad como lo son para mi, pero quiero darle un presente ya que ella siempre piensa en obsequiarme algo, pero ¿Qué se le puede regalar a una mujer que lo tiene todo?

¿Qué podría regalarle? Ni siquiera sabía si se tomaría bien el hecho de que le obsequie algo.

Scusa, hai lasciato cadere questo.
(Disculpa, se te ha caído esto)— dijo un hombre entregándome mi cartera.

—Mierda, que estúpida ¿como no me pude dar cuenta?— murmure en español y aceptando mi cartera.

—Tranquila, suele pasar cuando uno tiene muchas cosas en la cabeza.— dijo en el mismo idioma y me sorprendí.

Hasta ahora puedo detallarlo bien; es un hombre castaño, con barba, musculoso y mucho más alto que yo, tal vez deba medir 1,80 dudo que sea más que eso, tiene unos ojos marrones oscuros, este me esta sonriendo y en su rostro se forman unos oyuelos, me centro en su mirada y sí bien sus ojos son oscuros, su forma de mirar lo es aún más, es muy guapo.

— Muchas gracias... — No se su nombre, pero este sonríe aun más.

—Alessandro — interrumpio— mi nombre es Alessandro.

—Pues muchas gracias Alessandro, llevo mi documentación en mi monedero, fui muy despistada.— dije apenada.

—No hay nada que agradecer, me tengo que ir que tenga una linda tarde Señora  de Amatos.— comenzó a caminar, pero lo detuve agarrandolo del brazo.

—¿Cómo sabes de...

—Usted y la señora Amatos fueron la portada de varias revistas estos últimos días, podría reconocer su belleza en cualquier parte — dice sonriendo y se va.

Tiene razón, últimamente mi boda con Francesca fue el evento del año y hemos sido portada en revistas y en TV, además... cualquiera que viva en Italia sabe quien es ella.

Caminé unos minutos y me detuve en una vidriera admirando un hermoso y sencillo collar de oro. Era delicado y me encantó el hecho de que no fuera llamativo, creo que tengo el regalo perfecto para ella y este tiene un significado especial para mi y espero que para ella también logre tenerlo.
_________________________________________

Ya era de noche cuando llegamos a la mansión, salí del auto mientras que varios hombres bajaban cuidadosamente el árbol de navidad que había escogido.

Entramos y les pedí que lo colocaran junto a la chimenea, mañana en la tarde comenzaría a decorarlo ya que es mi día libre en la fundación, no se si Laura también se dará el día libre, esta muy emocionada trabajando en la fundación.

Ella había pedido el traslado para el hospital de Sicilia, pero la quería a mi lado como cuando estábamos en España.

— Al parecer si accedió a decorar la casa— dice Anna a mis espaldas admirando el gran árbol árbol tenemos enfrente.

—De hecho no le importo, solo dijo que no cuente con ella.— dije suspirando y Anna acaricio mi hombro.

— Fue dura e indiferente contigo ¿verdad? -— pregunto.

—¿Cómo lo sabes?

— Yo la crié.— dice desanimada —Solo dale espacio y tiempo.

— trato de entenderla, pero no puedo si ella me da a entender de que me quiere cerca y luego es dura conmigo, me duele. — me senté en el sofa— Quería que la conociera, pero no me deja entrar a su mundo y cuando lo intento reacciona de una manera irreconocible.

Anna se sienta a mi lado y me abrazo, no hace falta mirarla para saber que tiene los ojos llorosos, es como si quisiera decirme algo pero ese mismo algo la frena, lo entiendo u al menos trato de entenderlo.

No se que hay entre ella y yo, solo se que es complicado, ambas lo somos y ninguna quiere dejar de ser nosotras misma ni un momento, yo con mis sentimientos confusos y ella con su coraza de hierro que ha creado. Su corazón se congelo, no se el motivo, pero no me hace falta saberlo para saber que para ella fue un golpe muy duro que aún no ha podido o querido superar.

Solo quiero ayudarla, entenderla y aceptarla... quiero conocer la verdadera Francesca, no a la señora Amatos.

_________________________________________

Espero que este capitulo les haya gustado, muchas gracias por leer mi historia.

Les dejo el link de mi instagram y tiktok.

@_merakii_2023

@merakiiwritehistory

Disparo al corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora