𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟐

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Esperaba que Lisa recordara que yo debía ser Julia Roberts en Pretty Woman y no Steve McQueen en La gran evasión

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Esperaba que Lisa recordara que yo debía ser Julia Roberts en Pretty Woman y no Steve McQueen en La gran evasión. Habíamos pasado por Boots para comprar un lija de uñas y una piedra pómez, que estaban en la lista de Lisa, y luego, a la entrada del hotel, había recogido un poco de tierra del parterre en una pequeña bolsa de plástico que sacó del bolso.

- Sigo sin entender lo que estás haciendo -dije mientras tomaba asiento en nuestra habitación. Lisa estaba dejando todo lo que habíamos comprado sobre la cama.

- Te lo voy a enseñar. ¿Puedes coger las tijeras del paquete del tocador en el baño, por favor?

Tendría que seguirle la corriente. Cuando encendí la luz del baño, me vinieron a la cabeza imágenes de la noche anterior. La piel de Lisa era tan suave que fue como deslizar la lengua sobre hielo empapado de ginebra. Mis manos habían encajado perfectamente en sus caderas. Y no podría haber olido mejor. Pero el sexo era el sexo. Era raro no disfrutarlo, aunque con Lisa hubiera sido excepcional. Lo que resultaba más sorprendente era lo completamente seductor que había sido que ella estuviera totalmente concentrada en la misión de la jornada. Y la forma en que me había abrazado cuando le confesé mi conexión con el edificio Dawnay había sido... reconfortante; no, más que eso, nos había unido de alguna manera. Nadie más sabía por qué ansiaba tanto ese edificio.

Simplemente había surgido antes de que hubiera podido evitarlo. Siempre había afirmado que me gustaban las aguas poco profundas cuando se trataba de mujeres, pero no podía evitar vadear más profundo con ella. A cada paso las cosas eran mejores entre nosotros, me parecían más correctas, como si hubiera estado esperando a esa mujer y ahora que estaba aquí toda mi vida tuviera más sentido.

Estaba arrodillada junto a la cama cuando le pasé las tijeras, completamente concentrada en el forro de la chaqueta de aquel traje de cinco mil libras que acababa de comprar y que usaría una vez. Cortó el hilo del forro e hizo un agujero en la costura de unos tres centímetros.

- ¿Posees una actitud pasivo-agresiva oculta por la que me haces comprar cosas y luego las destruyes? ¿Estás molesta porque no te di suficiente placer ayer o algo así? -pregunté.
Dejó lo que estaba haciendo y me miró.

- ¿Con qué tipo de chicas sales? -Su expresión era en parte de horror y en parte de lástima- Y además... me diste mucho placer. ¿No te diste cuenta por los diecinueve orgasmos que tuve?

Lisa me había hecho esforzarme para llevarla al clímax, lo que significaba que lo había apreciado aun más cuando finalmente se corrió. Y eso había hecho que el mío fuera más fuerte.

- Me sentiré feliz de intentarlo de nuevo si crees que no fue suficiente. No querría decepcionarte.

Sonrió, pero negó con la cabeza como si yo fuera un incorregible chico de quince años obsesionado con la mejor amiga de su hermana mayor.

- Vamos a centrarnos. Necesitas la firma de Henry. Luego, después... -Se encogió de hombros- Vamos, cojamos los pantalones y sentémonos en ellos -indicó- No queremos que parezcan demasiado nuevos. -Cogió la piedra pómez y empezó a frotarla sobre las costuras.

𝙋𝙧𝙚𝙩𝙚𝙣𝙙 𝙇𝙤𝙫𝙚 | ℓк αυ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora