Museo.

1.5K 132 15
                                    

– Entonces no creo que haya problema. –

Me acerqué a Ghost, depositándole un beso encima de su máscara. Envolví una sábana a mi alrededor, yendo al baño a cambiarme.
Ya vio hasta mi alma, pero me sigue dando pena, ¿bien? No es como que esté acostumbrada a tener sexo todos los días. Bueno sería.

Salí del baño solamente para toparme con la ausencia de Ghost, de nuevo. Es algo a lo que me tengo que acostumbrar si quiero estar con él tal pareciera.

Al día siguiente Ale me llamó, pidiéndome acompañarlo a un museo al que tiene ganas de ir. Accedí, pues mi tiempo ahora mismo está de sobra. Pasó a recogerme en su auto y empezó a tratarme demasiado bien. Suele hacerlo, pero ahora es más notorio.

– Ya casi llegamos. – dijo Ale mientras conduce.

– Bien. –

– ¿Cómo te fue con Ghost la noche pasada? – Ale.

– Bien, creo. –

Ale me miró de forma extrañada y luego sonrió al verme. Alcé una ceja con duda.

– ¿Qué pasó? –

– La marca de tu cuello. – Ale.

Vi mi cuello en el retrovisor del auto para ver una marca muy notoria en el mismo. Seguro Ghost la hizo hace rato... pero ni siquiera la noté.

– Seguro fue un mosquito. – contesté mientras jalé mi blusa para cubrir mi cuello.

– Seguro, claro. – Ale.

Pareció burlarse de mí el resto del camino pero de alguna manera también se notaba decepcionado. No sé explicarlo pero de ninguna manera estaba feliz de la marca en mi cuello.
Ale... es un hombre magnífico. Siempre se preocupa por mí e intenta dar lo mejor conmigo. Obviamente sé que le gusto, pero sólo me hago idiota y evado sus comentarios. Es mejor así, somos amigos.

Bajamos del auto al llegar al museo. Todo es lindo, el lugar tiene retoques de oro en varios muebles y los marcos de las pinturas.

– ¿Te gusta? – Ale.

– No sé de arte pero definitivamente puedo saber que ésto es hermoso. –

– Es lindo. Mucho. – Ale.

Continuamos el camino. El edificio consta de 7 pisos, todos enormes. Por lo que Ale me contó son pinturas, cuadros y obras de famosos con un pasado doloroso e increíble.
Me puse a pensar cómo sería que Emily estuviera caminando en los pasillos, sin parar de hablar sobre el piso tan limpio y las paredes tan blancas. Ale me distrajo cuando señaló un cuadro con un acabado viejo, pero hermoso.

– La historia de ésta pintura se trata de una mujer militar que dio su vida por sus compañeros pero su pareja la asesinó porque lo tomó como traición. – Ale.

– Es una historia profunda, sin duda. –

La observamos durante unos minutos hasta que ésta cayó al suelo sin motivo alguno. Los guardias se voltearon a vernos e inmediatamente empezaron a correr a nuestra dirección. Vi a Ale de reojo y empezamos a correr nosotros también. Reímos mientras seguimos corriendo en dirección al séptimo piso, tratando de que los guardias nos perdieran el rastro.

– ¡Esa ventana está abierta! – grité cuando nos quedamos sin opciones para correr.

– ¡Nos vamos a partir la cara! – Ale.

– ¡En el ejército también enseñan parkour! – Sin pensarlo más, me aventé. Caí en el techo del edificio de al lado y Ale cayó atrás de mí.

Corrimos y reímos, esquivando todos los obstáculos hasta llegar a un edificio con escaleras de caracol, el cual bajamos sin mucha dificultad. Desde que saltamos los guardias nos dejaron de seguir, pero continuamos más que nada por la adrenalina y diversión que sentimos.

– Fue genial. – dije mientras recobro el aliento y me pongo de espaldas en una pared.

– Estoy de acuerdo. – Ale.

Ambos nos observamos unos momentos hasta que Ale rompió el contacto. Se acercó más a mí, con la intención de besarme.
Sin pensarlo mucho lo alejé con una de mis manos puesta en su pecho. Le di una palmada en el hombro y me alejé caminando.

– ¿Es Ghost? – dijo Ale con un tono de voz más fuerte.

– Ya lo sabes. –

Ale me siguió hasta tomar mi brazo y señalar su auto.

– Déjame llevarte a tu departamento. Yo fui el que te trajo en primer lugar. – Ale.

A pesar de todo no me dejó irme sola. Sé defenderme más que bien, pero tal pareciera que eso a él no le importa mucho.
Llegamos a mi departamento, ninguno de los dos se despidió del otro. Subí a mi habitación y me recosté en un sillón.

Mañana continuaremos con el trabajo, será algo complicado el estar ahí ahora con Ale y Ghost, pero al menos creo que con Ghost he aclarado menor las cosas.

Todo estaría mejor si me hubiera quedado con Los Vaqueros... o eso creo. Seguro seguiría con Alejandro y quizás ya lo hubiera perdonado.
Ghost es todo lo contrario a Vargas. Alejandro sabe expresar sus sentimientos más que bien y siempre trató de nunca confundirme. Al menos hasta que salió con El Sin Nombre sin ni siquiera saber que era ella.
¿Qué tal le irá a esa tal Valeria en la cárcel? La única información que tengo es que al pelón de Hassan lo tratan como animal y ha sacado más información de lo esperado.
Shepherd por otro lado sigue perdido. Todos nos hemos encargado de intentar contactarlo de alguna manera pero parece imposible. Tal vez se fue a Saturno y nosotros buscándolo como idiotas.

Cuando aparezca me encargaré de hacerlo sufrir. Hice mierda a su compañero Graves, pero él aún anda por ahí sólo escapándose de la porquería que hizo en el pasado. Incluso Hassan mencionó que Shepherd fue el dueño de los misiles pero los rusos se los robaron y Shepherd utilizó a Graves para encubrir todo eso.
Tal pareciera que también asesinaron a mi familia porque escucharon una conversación que no debieron escuchar... algún día encontraré a Shepherd y lo asesinaré con mis propias manos. Luego de eso me saldré de las fuerzas especiales, yéndome a México de nuevo.

Me quedé dormida sin querer, despertando al día siguiente a las 3:00am. Con rapidez me puse el uniforme táctico y me dirigí a la Task Force.

(Para que tengan una mejor idea sobre Ale, es el que está en la imagen del inicio del capítulo ajaja. )

Algo más allá. | Call Of Duty / Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora