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El quinto mes había empezado y con ello el genio se había vuelto mucho más exigente, antojos de media noche, los cuales se le complicaba bastante al Alfa, incluso algunas veces tenía que llamar a alguno de los vengadores, aunque siempre que llegaban Nat, Clint o Wanda no entraban, de hecho se quedaban alejados, por eso prefería a Pietro o Visión, además de que eran mucho más rápidos y pues Scott no podía visitarlos, ya que la última vez que lo hizo Tony activó sus armaduras y lo atacó, según porque coqueteaba con su Alfa, a quién mandó a dormir afuera aunque sólo por unas horas, después abrió la puerta, debido a que no podía dormir porque la cama era muy incómoda, estuvo tranquilo hasta que se acomodó en el pecho de su Alfa.

— Ya quita esa cara Steve. —Pronunció Tony al ver el rostro molesto de su esposo.

— Ellos no deberían estar aquí. —Masculló el Alfa, viendo molesto a Pepper quien tocaba el abultado vientre del genio y Rodhes le daba un masaje en los pies, ¿como podía estar tranquilo con eso?— Eres mi omega.

— Eso lo saben todos. —Dijo Tony rodando los ojos.— Mejor ve y preparame un jugo de zanahoria.

— ¡¿Zanohoria?! —Preguntó Rodhes sorprendido, luego soltó una carcajada.— ¿Porqué no te comes a Pepper?

La beta le dio una patada empujandolo hacia atrás, Tony rió divertido, Steve ya estaba en la cocina preparando el jugo y luego se lo llevó a su omega quien gustoso lo aceptó, le encantaba ser mimado, una vez que Pepper y Rodhes se fueron Steve abrazó a Tony liberando sus feromonas.

— Si sabes que ellos dos son betas, ¿cierto? No dejan aroma. —El rubio sólo resopló y siguió abrazando a su omega.— Pero si quieres eliminar algún rastro, ¿porque no simplemente me haces el amor? —Sugirió el genio levantando una ceja.

Steve no esperó más y lo cargó en sus brazos para llevarlo a la habitación, lo recostó en la cama en la cuál habían tirado algúnas prendas, le hizo el amor de una manera dulce y a la vez pasional, luego durmieron abrazados Steve acariciando el vientre de su pareja.

— No te tardes... —Mencionó Tony al ver al Alfa subir a aquel viejo auto, iba a ir de compras.

— ¿Seguro que no quieres ir conmigo? —Tony negó y se acercó al auto, le dio un beso a su pareja, quien le sonrió.— Ya vuelvo.

Luego que Steve se fue Tony se dirigió al Granero, el cual usaba como taller, una hora después recibió una inesperada visita.

— Al fin los encontré.

— No nos estábamos escondiendo, general Ross. —Respondió Tony muy concentrado en aquellas pantallas, aún sin voltear a ver al general.

— ¿Seguro Stark? —Preguntó el mayor, a su lado iban varios hombres armados, también habían algunos en el patio.— ¿Dónde está el Capitán?

— De compras. —Respondió Tony.— Pero llegará en cualquier momento.

— ¿Me está amenazando? —Tony solo se rió y se dio la vuelta, Ross se sorprendió al ver el abultado vientre.

— Usted es el que viene armado hasta los dientes ¿y dice que yo soy la amenaza? Bueno aunque, cuando los omegas estamos embarazados podemos ser más peligrosos si alguien no deseado invade nuestro nido. —Respondió y mostró una imagen desde su teléfono, era de una cámara de seguridad dentro de la casa.— Dígale a sus hombres que se retiren o no respondo.

— Entiendo, entonces el Capitán está dentro de la casa.

Tony gruñó molesto, en el momento que uno de los soldados sujetó la perilla de la habitación principal, varias armaduras se activaron, sacando a todos los soldados por el techo y tirandolos al patio.

Otra dimensión. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora