Le pedí ser mi novio aquel día, con la esperanza de tenerlo solamente para mi, pero todo cambio luego de un tiempo.
Para mi ya no era mi novio, solo era mi marioneta; iría con el a desquitarme teniendo sexo de una manera que lo haría sangrar y gritar [o había días en los que solo quería una buena follada]. El siempre estaba a mi disposición; recibía mis golpes y burlas, y nunca le escuche quejarse del dolor.
Lo trate de una manera tan animal.
En en algún momento trate de contenerme; de no llegar a dañar su bello rostro, me contuve de echarle en cara la escoria que era, aun cuando no era verdad.
Y ahora es muy tarde para arrepentirme, porque se que el aceptara mis disculpas, pero lo que le hice nunca se olvidara.
El es radiante, perfecto, irreemplazable.
El es mi mundo.
Y me di cuenta de ello mucho tiempo después. Me di cuenta que lo que hacia era solamente para ganar su atención, para que el solo tuviera ojos para mi, y que su mente estuviese repleta de pensamientos sobre mi.
