18: "𝑺𝒖 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒔𝒂"

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Dieciséis semanas después...

El sol brillaba esplendoroso iluminando todo el cielo, los pajarillos cantaban alegremente y el aroma que desprendía la ciudad en su florecer era agradable en su particularidad, logrando la habitual inminencia del comienzo de la primavera, símbolo de esperanza

Dos jóvenes hermanas se agruparon en la puerta de una habitación en la clínica en la que su madre descansaba desde hacía cuatro meses. 

Chaeyoung ingresó primero repleta de ansiedad, Yeri siguió a su hermana menor a la habitación. 

Una hermosa mujer de piel clara yacía en armoniosa calma, tendida sobre la cama. Su cabello brillaba con los reflejos del sol que se colaban por las persianas abiertas, su piel, más luminosa, se destacaba con ese tono de luz de mañana. 

Chaeyoung se acercó, le dejó un beso sobre la mejilla y acarició el largo de su cabello, como recordaba que ella solía hacerle muy seguido, antes de tomar un espacio junto a sus pies. 

Yeri se asomó después, descansó un beso apretado sobre su frente y una caricia sobre su mejilla, antes de susurrarle que la amaba, para tomar un lugar en una silla que había junto a ella. 

Luego de aquel ritual que hacían en donde ordenaban flores de las que a ella le gustaban, qué tan accesibles estaban en aquellas estaciones y las cuales Chaeyoung elegía especialmente para que aromatizaran toda la habitación, y comentaban las novedades de cada una para mantenerla informada de sus vidas. Se peleaban entre sí como unas niñas cuando se encontraban en desacuerdo con algo, que era casi siempre, reían con alguna anécdota que las hacía sentir cerca de ella y disfrutaban de su compañía, hasta que cada quien tomaba su camino.

Esa mañana, particularmente fue Yeri, quien decidió ser su acompañante. 

—Siento como crece, es impresionante... —Comentó con sentimientos encontrados ante la nueva experiencia —Estuve comprando tantas cositas, ¿Sabes? será una niña y ya hablé con Joy porque... —Tragó para retener todo lo que se agolpaba sin su permiso —Le llamaré como tu, porque has sido toda mi inspiración en este último tiempo y porque te debo tanto mami... —Sonrió con aquella dulzura con la que tanto recordaba a su madre. El silencio se extendió por un momento mientras sentía la suave y armónica respiración de su madre.

—A veces siento que ella tendrá más ropa que madre... —Murmuró con lágrimas brillando en sus ojos. —No sabes las ganas que tengo de compartir esto contigo, no es nada fácil sentirte aquí y luego tan lejos, es como si nos estuvieses castigando por haber sido tan desagradecidas contigo... —Murmuró sin poder evitarlo. —Pero tu jamás podrías castigarnos, eso hasta suena estúpido. —Señaló con una nueva sonrisa, mientras tomaba de su mano para sentir la calidez de su contacto.

—Ayer me acordé de esa vez, que te molestaste conmigo porque no quería lavarme los dientes, y dijiste que si no lo hacía, me enviarías a dormir con los patos del lago. —Se rió mientras recordaba. —Entonces yo te respondí que me taparía con ellos, que con sus plumas me sentiría calentita y tu te reíste... y yo me reí contigo, nos reímos mucho y fuerte... pero como siempre, mi papá se enfadó alegando que nos malcriabas demasiado, todo el tiempo. —Murmuró con una sonrisa triste, pero no pudo detener las lágrimas que se le escaparon mediante el relato. Parpadeó para evitar ser un mar —Te extraño tanto, no imaginas cuanto. —Admitió mientras besaba su mano y se acomodaba junto a su cuerpo. 

Yeri, se convirtió en un gusanillo junto al cuerpo de su madre y observó hacia el techo perdiendo la mirada allí, en el blanco y la nada. 

—Le propuse matrimonio a mi omega, pero no quiero casarme si tu no estás aquí conmigo... —Admitió mientras parpadeaba para evitar el llanto, más no lo logró, estaba tan sensible. —Tu no sabes cuanto me arrepiento de no haber aprovechado más de ti, de tu compañía... Me siento tan tonta al recordar nuestra distancia por alguna u otra cosa. Te extraño más que nunca, más que siempre. —Deslizó las lágrimas que se le escapaban de los ojos y no pudo detener su fuerte aroma alterado por la tristeza. —Necesito de tus consejos, de tus abrazos, de tus cuidados, de tu orientación. Mami yo... no sé qué hacer... —Admitió pérdida entre los acontecimiento en su nueva vida 

𝑨𝒑𝒑𝒓𝒆𝒏𝒕𝒊𝒄𝒆 🥀 [2Yeon] G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora