༒Pt 9༒

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No era la enfermera quien había entrado a la sala, sino Ayato.
¿Iba a aprovecharse de la situación quizás? Bueno, al menos eso creí unos segundos.

—Ayato, ¿Qué haces aquí?

—En cuanto me enteré que estabas aquí, vine de inmediato.

—¿No se supone que deberías estar en clases? Y dos, ¿Cómo supiste que estaba aquí?

—Agh, ¿a quién le importan las clases?

—Bueno, parece que a ti no tanto...

—Correcto, ahora, ¿Cómo te hiciste eso?

—Me tropecé en la clase de deportes al intentar tomar el balón, eso fue todo.

—Error.

—¿Qué?

—Error.

—¿De qué hablas, Ayato?, ¿qué quieres decir con eso?

—No te tropezaste tú, yo lo vi todo, una de tus compañeras te hizo tropezar colocando su pie justo cuando corrías por el balón para atraparlo.

—¿Qué? No creo que haya sido eso, suelo ser algo torpe y distraída, puede que haya sido eso.

—Lamento informarte y sacarte de tu burbuja, pero no, no fue porque seas distraída o torpe, esa chica lo hizo con toda la intención, lo vi yo mismo.

—.....Y...¿Y qué hacías observando?

—Sólo por si acaso. Además, no debería darte explicaciones.

—Como sea, estoy bien, ahora debo ir de nuevo a mi clase —Me levanté de la camilla de la enfermería y Ayato me cargó como costal de papas— ¡Oiga, bajeme por favor!

—¿Sabes que puedes tutearme?

—Bien, pero bajame o estoy segura me vas a dejar caer...

Ayato empezó a reírse a carcajadas y me volvió a colocar en la camilla de la enfermería.

—¿Qué es tan gracioso, Ayato?

—No sé cuál me da más risa, el hecho de que hasta un perro pesa más que tú o el que pienses que te voy a tirar sólo por cargarte así. En fin, tú no te muevas de aquí.

—Pero me siento bien, Ayato, de verdad.

—Te creo, pero no a esa herida que tienes en las rodillas.

—No es tan grave, hacen un tornado en un vaso de agua.. —Vi a Ayato que estaba mojando con agua un algodón.

—¿Sabes? Hoy tendrás el honor de ser atendida por Ore-sama, así que deberías sentirte halagada por esto —Él se agachó a la altura de mis rodillas y comenzó a limpiar la herida, al menos algunas partes que aún tuvieran algo de tierra.

No era necesario que hiciera algo como eso si no quería, aún así lo hizo, dentro de lo poco que lo empezaba a conocer, al parecer tenía un lado tierno, aunque casi nunca lo demostraba, siempre tenía una actitud arrogante, narcisista, pretencioso y demás, pero estaba mostrando un lado más tierno del que jamás me pude haber imaginado.

—Gracias por eso, Ayato...es muy amable de tu parte.

—Sería una lástima que mi bebida favorita se desperdiciara —de Ayato se distinguía un leve rubor en sus mejillas.

—Awww ¿Soy tu bebida favorita? —Reí levemente, sólo para molestarlo un poco, después de todo, el siempre lo hacía.

—Cállate, sólo eres como un banco de sangre para mi, pulga, eso es todo —Desvió la mirada, pero ese rubor en las mejillas seguía ahí.

—Me llamo Marianne, no pulga.

—Tienes la estatura de una. Ahora, quédate quieta, ¿sí?

—¿Por qué?

Ayato solamente se acercó a mi rodilla y comenzó a lamer la sangre que aún tenía en ella, hasta que dejó de salir la sangre y me puso un par de curitas.

—Parece que ya no tendrás problemas con eso, ya vámonos de aquí, nos están esperando seguramente.

Y así era, los demás ya nos estaban esperando en la limusina para irnos, subí y me senté cerca de una de las ventanas, después Ayato a mi derecha, Kanato a lado de él y Laito a mi izquierda, íbamos algo apretados o ellos hacían que el espacio entre nosotros cuatro sea casi limitado.

—Bitch-chan es muy mala, me dejó ahí en el pasillo simplemente.

—Es que...tenía cosas que hacer.

—Oigan...¿Por qué vamos todos tan apretados?

—¿Qué importa, sólo serán unos momentos, pulga —Ayato rodeó mis hombros con su brazo.

—Estás muy bien acompañada, Bitch-chan —Laito se acercó para darme un beso en la mejilla.

Subaru estaba observando simplemente, al igual que Reiji y Shu, no fue hasta que Laito me dio ese beso en la mejilla cuando Subaru me tomó de la mano y me jaló hacia él.

—¡¿Qué crees que haces, Subaru?! —Le gritaba Ayato.

—¡Tú cállate y siéntate!

—Gracias, Suba... —Antes de terminar de decir algo, me interrumpió.

—¡¿Y tú que hacías jugando con ellos?!, ¡Deberías de haberte opuesto ante ellos, tonta!

—Pero no estaba jugando.

—¡¿Por qué no te sentaste a lado mío desde el principio?! No hubiera ocurrido nada de eso.

—¡Es que esa ya no fue mi culpa, me convertí en sandwich apenas entré al auto! Si lo pensamos bien, ellos empezaron a hacer que el espacio entre nosotros sea más pequeño.

Después de lo que dije, Subaru volteó a ver hacia otro lado, los demás estaban mirando lo que pasaba en ese momento.
Parecía todo un espectáculo con ellos, pero ya pasó.
Observaba detenidamente las acciones de cada uno de ellos, pero no terminaba de entenderlos muy bien que digamos, Ayato podía ser tierno y luego, casi de inmediato, volver a ser el mismo, igual Subaru.
Estaba acostada en mi cama pensando en eso, hasta que Reiji llamó a la puerta para decirme que iniciaríamos con las clases de modales.

—Muy bien, ahora, ponte esto —Me dio a elegir unos pares de guantes, un par era como los suyos y el otro eran de encaje.

—Está bien, pero, ¿por qué debería usar guantes? —Había tomado el par de encaje.

—Comúnmente suelen usarse como un abrigo de las manos en épocas de frío, a modo de protección de las mismas, pero, nosotros vamos a usar guantes como símbolo de distinción y sofisticación, no sólo es un simple accesorio, a partir de ahora deberás usarlos todo el tiempo.

—Bueno, son lindos.

—Incluso mejoran la imagen de una dama. Empecemos.

Reiji realmente se emocionaba hablando sobre los modales, la etiqueta, costumbres. Incluso habló sobre la historia de los buenos  modales.
Diferentes maneras de sentarse, cuáles estaban bien, mal, perfectas para una dama, etc.
Pensé que sería un poco más aburrido, ya que en mi ra mi familia me enseñó a base de muchos libros acerca de eso y demás, pero era aburrido, al menos Reiji tenía capacidad de mantener mi atención en lo que decía.

RD de Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora