Capitulo 9 ¿Qué haces aquí?

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EVAGENLINA 

Vi como sus ojos calaban hasta mis huesos, su mirada se volvió un tanto sombría, era como si no fuera el chico que siempre aparece me da unas buenas cogidas y se va.

- ¿Qué haces aquí? – Yo lo miraba sin poder decir ni una sola palabra, y es que jamás sentí esta sensación, el estómago lo tengo revuelto, no sé qué decir, la bilis se me revuelve, las nauseas que me invaden son abrumadoras, siento como mi pulso se acelera y el corazón me late tan fuerte que puedo sentir los latidos en mis oídos  - ¿No me vas a responder Evangelina? – Hizo énfasis en mi nombre. 

-Amigo ¿Se conocen? – Francisco intervino, yo solo miraba a Agust, estaba ahí, petrificada, por más que quería modular alguna palabra, no podía, era como si se me quedaran atascadas a mitad de la garganta.

¿Qué es esta extraña sensación que me abruma? 

Es como si mi cerebro hubiera decido que era un buen momento para dejar de funcionar. 

Me odiaba por sentirme así, pero lo odiaba mas él por hacerme sentir todo esto que es nuevo para mi. 

-¿Te comió la lengua el rato? – Agust ignoró a su amigo, tenía la mirada clavada en mi - ¿No vas a responder?

-¡Ey! – Sentí un leve toque en mi hombro, y eso logró sacarme de aquel trance en el que me encontraba – Agust te está haciendo una pregunta. 

El chico de ojos azules me trajo de vuelta a la realidad. Quiero gritarle que no le importa, que no es de su incumbencia que hago o que dejo de hacer. Quiero gritarle en su bonita cara que es mejor que se meta en sus asuntos, pero nada de lo que quiero decir lo puedo expresar. 

- ¡Eh? Si, lo siento – Tragué con algo de dificultad – Vine... vine - ¿Qué le iba a decir? ¿Qué me encontré un anuncio en la guía de cine y me dio curiosidad, además que quería olvidarlo a él y decidí venir? ¿Qué pretendía que le dijera? ¿Qué le hice sexo oral a su amigo mientras una película porno se trasmitía en la pantalla? – Vine a... 

Vi como Agust arqueo una ceja. Ese gesto me irrita, hace que la piel se me erice. La forma en la que me mira, no hace si no calentarme. 

Hijo de puta... 

- ¿Se te olvidó como se habla? – Una leve sonrisa se le dibujó en los labios. 

-Amigo la estas poniendo nerviosa... - Dijo el rubio. 

Agust seguía ignorando a su amigo, su mirada se centraba en mí, vi como metió ambas manos a los bolsillos de sus pantalones tejanos y ladeo un poco al cabeza ¿A donde se ha ido el chico tímido que me folló en una vieja bodega? ¿Quién es el chico que tengo delante de mi? 

 - ¿No me vas a responder Evangelina? ¿Qué haces aquí? ¿Es muy difícil responder esa pregunta? – Se acercó a mí y me miró a los ojos. 

El tono con el que me habla debería ser ilegal, tiene una voz rasposa, varonil, y si se acerca de esa manera, no hace mas que aturdirme con el aroma de su perfume. 

Si, maldita sea, si es difícil, no quiero decirle la verdad, pero tampoco sé por qué no quiero decirle, es fácil poder decir a que vine, total él y yo no tenemos nada, simplemente hemos cogido dos veces y ya ¿Por qué me cuesta responderle? 

- ¡Ok! – Agust miró a su amigo – Parece que a Evangelina se le olvido hablar, así que voy a recordarle cómo hacerlo – Su mirada se tornó un tanto oscura, llena de deseo, de rabia y seducción a la vez – Si nos permites, tenemos que hablar, creo que aplaceremos la tarde de video juegos. 

¿Iban a tener una tarde de juegos? 

¿En serio? 

Sentí como Agust caminó hacia mí y me echó en su hombro,  si decir nada mas, me lleva con él. Eso me hizo hablar. 

DIARIO DE UNA NINFOMANA (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora