~ Parte 1 ~

2 0 0
                                    

Me dirigía a la oficina del director del orfanato, Williams,  un hombre poco caracterizado como alguien "feliz",  con un
  aspecto sombrío y muy poco deslumbrante.
El pasillo era seco,  con olor a humedad y tenia las paredes con el empapelado completamente despellejado ,  había goteras y el piso rechinba al caminar.
       Pero no era solo este lugar con aquel aspecto repugnante,  haci era todo el edificio, todo el orfanato era vulgar tal y las personas que lo componían.

  Segui caminado hasta llegar a la puerta metálica y no se me ocurrió golpear de manera educada,  no. Era  mejor irritarlo, 
  como había hecho desde que llegue por primera ves hace ocho años.
        Solté un brusca patada sobre la puerta,  haciendo que retumbara por todos los pasillos. La puerta se abrío repentinamente, un hombre con piel pálida y cabello bien oscuro estaba parado como una piedra bien masisa . Llevaba un traje negro y percudido ,  pero se podía notar que era fino,  su rostro era sereno y serio,  pero aún haci me atrevo a decir
  que era atractivo.

Hice algunas señas para ver si la roca se movía. Había un sonido sepulcral y me pareció observar otro hombre. Aunque el hombre seguía mirándome con perspicacia,  se movió
   ¡Al fin, gracias a dios!. Pase tan apresuradamente como pude,  para encontrarme con Williams,  sentado en su trono, con corbata y traje oscuro.
             La sala no tenía nada,  absolutamente nada que ver con el resto del edificio ; las paredes eran de mármol tallado y el techo de puro roble,  Al igual que su escritorio.
    Con un basó de whisky en la mano dijo:
— Inoxia Reemer,  dieciséis años,  elaboraras gases tóxicos y venenos con aquella flor...... — lo interrumpí — No es su flor son sus semillas.
     Continuo — y tu eres completamente inmune, eres la única joven en todo este orfanato con un prodigio ¿cierto?.

  Lo observe un par de minutos,  no pensaba dirigirle la palabra.
      — Por lo tanto,  veo que no me vas a responder — hizo una seña con la mano al otro hombre en la habitación, este me dejo un folleto de una escuela.
Pero, ¿para prodigios?¿"sombra de luna"?¿que mierda de escuela era esta?
      Solté una estruendosa carcajada — ¿Soy mucho para ustedes?,  William me miró fijamente, apoyó su vaso de whisky sobre el escritorio repleto de papeles.

— Escuchame niña,  esto es un trabajo serio,  lo tomas o lo dejas — Soltó un largo suspiro — Necesitamos que vallas tan solo cuatro meses,  iras a investigar a la escuela,  a los profesores y estudiantes. Te confiamos esto a ti, nosotros sabemos que esa escuela oculta algo...... y... a ti te toca averiguarlo.

  Aunque yo necesitaba una ultima respuesta

—¿Y....  que me darán a cambió? — ambos hombres se miraron sin saber que decir.
— Señores, no voy a trabajar gratis.
        Williams soltó un suspiro y el otro hombre puso los ojos en blanco,  ya había logrado el primer objetivo, frustrarlos.

  — Luego de los tres meses no tendrás que volver al orfanato,  serás libre. Sabemos que tienes una gran fortuna esperándote para cuando seas mayor de edad ¿no es así?,  podrás sobrevivr tu sola.
     Una sonrisa descarada apareció en mi rostro.
— Lo tomo
— Mañana mismo iras ala academia y habrá esperándote frente a tu puerta una bolsa llena de cosas que te servirán allí.
    
Me pare del asiento, estirando mis piernas y me acerqué
   Para habrír la puerta, sin antes mirarlos con una sonrisa pícara.
  No les prometeria portarme del todo bien.

Espinas que Envenenan  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora