𝓡𝓮𝓲𝓷𝓪 𝓥𝓲𝓬𝓽𝓸𝓻𝓲𝓪 ¹ (Saga Reinas y Princesas)

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Diciembre de 1836.
Hacienda Lir, Norte de la República Oscurana.

« Mamá y papá me han traído de nuevo a América después de tanto tiempo, en estos momentos es invierno y además que pasaremos las fiestas navideñas con la familia de mamá, a la cual me quieren demasiado y que soy muy consentida.

Victoria»

La joven princesa de 17 años termino de escribir tranquilamente en su diario, recién habían llegado a la hacienda de su madre en el norte del país para pasar las fiestas navideñas.

Amaba a los latinos, por ellos aprendió a hablar español, suspiro un poco y dejo sus cosas en su mesita de noche y salió un momento.

Sus padres se encontraban afuera en el campo recogiendo las cosechas para guardarlas mientras sus tíos estaban hablando.

— Pero que niña más bonita...— dice João Montenegro, conocido como Brasil en compañía de Iris Montenegro (Imperio de Brasil), su media hermana mayor.

— Oh gracias — Victoria sonríe levemente—. ¿Y tú quien eres?

— Es uno de tus tíos, bueno es mi primo por parte materna — comenta Maeve entrando—. Igual que Iris, ambos son hermanos — comenta guardando el maíz.

— ya veo — Victoria sonríe leve tranquilamente mientras se sienta a seguir leyendo su libro.

— Pero eres demasiado bonita — Imperio Brasileño apretó las mejillas—. ¿Cuántos años tienes preciosa? — pregunta, si, era tremenda lesbiana.

— Tengo 17 años — dice la princesa—. Aunque papá hace drama con mi edad, el 24 de abril cumplo los 18 años — sonríe leve.

— No soy un dramático — exclama el estadounidense—. Y porque ya vas a tener casi la misma edad de Annie — la mayor de los Kirkland Lir se ofendió.

— Ay dad que exagerado eres — la pelirrubia solo pudo voltear los ojos.

— Lo siento papá pero siento a veces siento exageras — murmura Victoria riendo apoyando a su hermana mayor.

•••

25 de Diciembre de 1836.

Victoria leia tranquilamente las cartas y los regalos que le mandaron sus tíos Arthur y Francis deseándole felices fiestas y un bonito año nuevo.

Miro los regalos, más que todo libros y vestidos, esto último realizados por su tío francés que amaba la moda y todo eso. Y su tio la inculto en la literatura especialmente que todo en joyas como La Divina Comedia, los cuentos de Canterbury, los libros de Shakespeare y Don Quijote de ls Mancha.

— ¿Que te regalaron mis abuelos? — pregunta tranquilamente Viviane asomándose tranquilamente viendo los regalos de su hermana menor

— Pues...Muchos libros y que además el tío Francis me mando los nuevos diseños que planean ser tendencia — asegura Victoria con una suave sonrisa—. Y tendré mas libros en la colección.

Viviane sonrió, Victoria guardo sus regalos en su habitación y bajo las escaleras tranquilamente encontrándose con su mamá terminando de hacer el desayuno.

— Buenos días.

— Buenos días mi niña — le saluda su padre Alfred que leía el Correo del Orinoco.

— A ver...¿Dónde están los tíos? — pregunta la joven de 17 años.

— Están en sus habitaciones dormidos porque andaban emborrachados — menciona su tía Catalina—. Bueno, ahorita esos se levantan con tremenda resaca los jueputas esos que les dije que no bebieran.

— ¿Hasta que hora siguieron jodiendo? — pregunta Circe Bolivar.

— Pues hasta las 5:30 de la mañana — asegura su madre—. Nos acostamos y ahorita es que nos estamos levantando cariño — murmura.

— Si ya veo — comenta Victoria comiendo tranquilamente sus arepas que le sirvieron.

•••

3 de Enero de 1837.

— La salud de tu tío no es para buenas, el clima frío lo ha estado afectando — menciona Arthur viendo a tu sobrina.

— Así que tienes que empezar a prepararte para cualquier cosa fallece tu tío y vas a ser coronada — asegura Francis—. Tienes el apoyo de nosotros y de tus padres más tus hermanos — dice.

— si...ya veo — la pelinegra suspiro nerviosa, según ella no estaba lista para ser reina y sus padres la tranquilizaban, que iban a estar para ella cuando fuera la reina.

Solo se pudo levantar y salió de la oficina del rey británico mientras Dash le seguia el camino, rumbo a sus aposentos porque quería descansar.

Después tenía que practicar para cuando fuera coronada más tarde con sus padres y abuelos.