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Me despedí de mi tía e hice mi camino, el parque no estaba tan lejos de casa

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Me despedí de mi tía e hice mi camino, el parque no estaba tan lejos de casa.

El camino era de cinco minutos más o menos, la noche está fresca, gracias a dios me puse el sweater.

El baúl no pesaba tanto, solo tenía los útiles escolares y ropa, necesito comprarme más ropa, la que tengo pronto no me entrará.

A Hedwing la libere antes de salir, le dije que me esperara en el caldero chorreante, ella es lista, de seguro llegará pronto.

Saliendo de mis pensamientos me di cuenta que faltaba poco para llegar, podía ver las farolas iluminado las hamacas y toboganes.

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Al llegar deje mi baúl al lado de las hamacas y recorrí mi mirada por el parque intentando localizar a Sirius.

Oí los arbustos moviéndose y lo vi por primera vez.

Era un perro alto y negro y estaba bastante desnutrido.

Cuando me vio me gruño, avance con cuidado con la mano en alto en un intento de calmarlo.

Funcionó, él se acercó con cuidado, sus ojos mostraban tantas emociones que me era difícil identificarlas a todas, pude notar que algunas lágrimas se escapaban de sus ojos.

"Ven... no quiero lastimarte" Se acercó a mi mano y acaricie su pelaje con delicadeza, él se relajó a mi toque y seguí dándole cariño.

"Debes tener hambre, déjame buscar algo para ti" Se retiró de mi mano para verme con atención mientras buscaba algo en mi baúl.

Saque un poco de pollo y papas que sobraron de la cena de hoy y se los di.

Canuto olfateo la comida antes de empezar a comer, no tardó mucho en terminar y con razón, no me imagino lo que le hablan dado en Azkaban.

Saque una botella de agua y le di un poco.

Varias gotas salpicaron su rostro al tomar.

"Necesitas urgentemente un baño cachorro... ¿Te gustaría venir conmigo? ¿Mmh?" Le hable con cariño mientras acariciaba su pelaje. Quise preguntar primero, capaz que él ya tenía todo un plan para perseguir a Pettigrew, pero ojalá que me dé una señal de que quiere, necesita comer, bañarse... no podrá conseguir eso sin ayuda.

Sirius me miro a los ojos, ahí me di cuenta de que ya me reconocía, tenía una mirada de añoranza y felicidad, me dio varias lamidas en la cara y lo tome como un sí.

"Yo soy Harriet Potter, ¿Cómo te llamaras tú? Necesitas un buen nombre..." Lo mire con atención mientras ladea la cabeza a un lado. Nunca se me ocurrió un nombre para perros, nunca había tenido uno... Harry lo llamaba Hocicos, debería dejarle el nombre.

"¿Que tal Hocicos?, ¿Te gusta?, no soy buena con los nombres, nunca tuve una mascota, bueno además de Hedwing, es mi lechuza sé que la amarás...-" Salí de mi divagación cuando Sirius dio un pequeño ladrido antes de saltar encima de mí y darme besos por toda la cara.

Lo agarre con cuidado y me reí. "Si, te gusta Hocicos, bueno ahora eres parte de la familia.... Bienvenido Hocicos Potter" Sirius me miro con lágrimas, y lo abrace.

"Ven vamos a ponerte un collar, no queremos que la gente piense que eres un perro callejero, ¿O sí?" Sirius negó con la cabeza y saque el collar y correa de mi baúl y se los puse.

"Bueno Hocicos, nuestro próximo destino es ir al Caldero Chorreante, Hedwing nos espera allí" Sirius parecía bastante feliz, su cola iba de un lado a otro y sonreía con la lengua afuera. Es un perro tan tierno.

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Saque mi varita y hice el hechizo 'Lumos'.

Una corriente de viento hizo que mi pelo saliera para todos lados, cerré los ojos ante eso y al abrirlos estaba el Autobús noctámbulo frente a mí.

Mire a mi costado y Sirius estaba con la boca afuera y su pelaje todo desordenado, no pude evitar reír ante la vista, llamando la atención de Sirius quien dio una especie de risa al verme.

Escuché las puertas abriese y Stan Shumpike (el guardia del autobús) salió hablando con voz monótona.

"Bienvenido al autobús noctambulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte. Alargue la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Mi nombre es Stan Shunpike. Estaré a su disposición esta noche".

Mire a Sirius a mi derecha antes de subir, Stan me ayudo a subir el baúl y le dio una mirada de recelo ante eso Sirius le gruño causándole un susto a Stan.

No pude evitar mirar el autobús, tiene tres plantas, es de color morado y hay varias literas con camas para los pasajeros.

Elegí la que parecía más limpia y me senté con Sirius a mi lado.

"¿Cuál es tu parada?" Stan me pregunto aburrido.

"Al caldero Chorreante por favor"

"Ya oíste Ernie, la señorita y su perro quieren ir al Caldero Chorreante" Stan le gritó a Ernie, un anciano con grandes gafas que lo hacía ver cómo un búho.

"Muy bien, agárrense fuerte..." Anuncio antes de arrancar.

Sostuve a Sirius contra mi pecho e intenté relajarme.

Nuestra próxima parada...

El Caldero Chorreante.

El Caldero Chorreante

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