¿Nos vamos?

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Aura hizo un enorme esfuerzo para ir a ayudar a sus amigos con los asesinos a sueldo que querían matarlos. No hubo muertes, para su gran alivió, aunque casi tuvo un ataque de pánico cuando creyó que Derek había muerto.

Y mientras veía la luz del sol iluminar lo que quedaba de aquella iglesia en tierras mexicanas, decidió que necesitaba un tiempo. 

—¿En qué piensas? —preguntó Derek, a su lado.

—En que necesito aire nuevo —murmuró Aura, con cansancio.

El licántropo se quedó en silencio. Después de ver a su madre en el limbo de los muertos, decidió irse de Beacon Hills antes de que fuera demasiado tarde, debía decirle adios al lugar de una vez por todas o la advertencia de Lydia se haría realidad.

—¿Y si nos vamos? —dijo de repente Aura, con la mirada perdida.

—¿A dónde?

—No sé, solo quiero irme —confeso en un suspiro.

Derek asintió. —Entonces hay que irnos.

—¿En serio? —Aura lo miró, insegura.

—Sí, vámonos —afirmo Derek. 

Aura dirigió sus ojos a donde se encontraban Stiles y sus amigos, asegurándose de que Scott y Kira se encontraran bien. Una parte de ella no quería dejarlos, pero sabía que no podría seguir adelante si se quedaba y tampoco les sería de util si algo peligroso volvía a asechar la tranquilidad de ellos.

Derek, entendiendo sus pensamientos, puso una mano en su hombro haciendo que sus ojos ambarinos se fijaron en los verdes morrones de él. El lobo apreciaba a Aura, desde que salvó la vida de su hermana sin nada a cambio, prometió mantenerla a salvo, aunque ella es quién le ha salvado la vida más de una vez. En ella veía una hermana, a alguien a quién cuidar y todo ser mitólogo existente o no sabían que ella necesitaba a alguien que la protegiera en esos momentos.

—Estarán bien —dijo, con seguridad—. A hora solo debes preocuparte por ti.

—No quiero que sientan que los abandono —murmuro, bajando la mirada. Ella sabía bien lo que se sentía.

—No lo haces y ellos lo saben —aseguro Derek, haciendo que volviera a elevar la mirada.

Aura volvió sus ojos al grupo, donde Scott mantenía sus ojos en ellos y al verlo darle una sonrisa, el peso en sus hombros se desvaneció. Aura asintió a Derek y ambos se acercaron, esta vez para despedirse. 

—Si necesitas que regrese lo haré —prometió Aura mientras abrazaba a Stiles.

—Voy a extrañarte —susurró el castaño, con tristeza—. La casa se sentirá vació sin ti.

—También voy a extrañarte —hizo un puchero y se separó de él—. Dile a Lydia que lo siento por no despedirme en persona.

—Lo entenderá —sonrió Stiles, queriendo creer que lo haría.

Aura abrazó a Kira, quién hacía grandes esfuerzos por no llorar la partida de la primera persona de quién se hizo amiga. 

—Eres excepcional, Ki —dijo al separarse—. Se que los protegerás.

—Lo haré —sonrió ella, con lágrimas en los ojos—. Cuídate y por favor, no perdamos el contacto.

—No lo haremos —prometió con una dulce sonrisa. Aura desvió sus ojos a Malia, que mantenía la mirada agachada—. Malia...

—¿Y si no le entiendo a algo de química? —inquirió molesta por esa punzada que sentía en el pecho— ¿A quién voy a recurrir?

—Eh, aquí esta tú novio —Stiles alzo la mano, pero Malia no lo miró.

Aura sonrió. —Responderé tu duda por teléfono.

Malia suspiró. —No es lo mismo.

—Lo sé... Confió en ti, sé qué harás lo que sea correcto.

La chica coyote se acercó, y sorprendiendo a todos, abrazo a la castaña.

—Mantente a salvo —dijo Malia.

—Tú también y... cuídalo a él —murmuró en su oído.

—Lo haré.

Al separarse miro a Liam.

—Esta es tú manada, tu familia, ellos van a protegerte, así como tú lo harás con ellos. Liam, no olvides que no estás solo.

Liam le sonrió con algo de timidez. No había convivido con ella todo esos días, pero siempre lo trato de forma dulce y paciente que fue inevitable no agradarle.

—Ten un buen viaje, Aura —deseo, estrechando su mano.

Finalmente, envolvió sus brazos alrededor de Scott.

—Siempre serás bienvenida —dijo el alpha, abrazando a la chica con cariño—, siempre habrá un lugar para ti aquí, con nosotros. 

—Lo sé —Aura sorbió su nariz, tantas despedidas la estaba haciendo arrepentir de su decisión—. Eres un gran alpha, Scott y un buen amigo; confía solo tú manada y en los instintos de Stiles, y si necesitas ayuda, no dudes en llamarme que volveré.

—Espero que encuentres la paz que necesitas —Scott acarició su melena y se separó de ella—. Hasta verte de nuevo.

—Haste verlos de nuevo —sonrió Aura.

Derek colocó su mano en el hombro de la chica, guiándola al auto en el que Breaden los esperaba, paciente.

—¿Nos puedes meter en Nueva York? —inquirió el lobo, abriendo la puerta trasera para que Aura ingresara.

—Puedo ingresarlos a donde sea —contesto Breaden, abriendo la puerta de piloto.

Una vez dentro del auto. Aura se asomó entre los asientos delanteros.

—¿A dónde vamos? 

—A un lugar agradable —respondió Derek, mirándola por el espejo retrovisor—. Te va a gustar.



RIVAL [Paul Lahote]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora