Pete bajó la mirada, tenía en sus manos una crema que le ayudaría a borrar las marcas en su cuello. Contaba solo con tres días para desaparecerlas; o de lo contrario, Khun Vegas padecería la excéntrica furia del primogénito de Khun Korn. El mayor fue severo al despreciar las órdenes del heredero de la segunda familia sobre su guardaespaldas, sobre cómo se atrevió a venderlo cual trozo de carne a un ser tan asqueroso como Wang. Aparentemente era ajeno a la verdad, cegado en creer lo peor de su primo. Que el mismo Pete estaba tentado a decirle la verdad, que estas marcas no le resultaban ofensivas ni asquerosas de ver. Pero callaba a sabiendas de lo que podía desatar.
El guardaespaldas escogió solo escuchar los reclamos de Khun No, esos que el mayor se había guardado por respeto a Porsche la noche anterior. Dejó que lo acusara sobre el aroma intruso que detectó sobre él y por haberlo divisado cerca de su primo cuando fue a buscarlo. Se merecía el dolor de cabeza que ahora sufría, porque internamente sabía que había desobedecido al mayor -que ignoró sus advertencias y exigencias por preferir a los hijos de Khun Kan. Había cierta culpa merodeándolo, cuestionando su lealtad.
Pete masajeó su cuello con ambas manos, encargándose que la crema se extendiera y secara. Optó por una cafarena de cuello alto para cubrirlas las marcas, esperando distraer a Khun No de su ferviente enojo. Su mañana había sido exhausta, rogaba que el resto del día sea más compasivo. Mas bastaba encontrarse con Porsche en las afueras de la mansión de la primera familia para intuir que no sería así, su amigo seguía con esos ojos apagados. Se acercó a él y le extendió su cajetilla de cigarros, el recesivo no dudó en tomar uno para encenderlo. Caló lentamente, sus ojos se cerraron y su cabeza recayó en el hombro de Pete. No se dijeron nada, acabaron sus respectivos cigarros. Pete quería tener las palabras exactas para calmar el corazón de su amigo, pero no le correspondía.
Solo Khun Kinn podía conseguirlo, solo con sus disculpas podía reponer ese corazón herido.
Pete suspiró profundamente. — ¿Quieres que convenza a Khun No de ir al bar de P' Yok?
—Mejor convéncelo de que nos dé días libres. —Porsche guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón, intentando ocultar su nerviosismo. Esquivar a Kinn no era tan sencillo como esperaba, el alfa dominante estaba decidido a dar con él a solas, ignorando la advertencia de su hermano mayor.
—Apenas regresamos, Porsche.
—Pero no de vacaciones, Pete. —La voz de Porsche apenas se escuchaba, se sentía patético. —. Si te lo propones, puedes conseguir que nos deje libres.
—No lo conseguiré, créeme. —Pete fue sincero, a Khun No le desesperó su silencio. Ese con el que enfrentó a sus reclamos, porque temía que ese insignificante pero existente consideración por los hijos de su tío Kan haya crecido con esa corta convivencia.
—Entonces me conformo con esos tragos. —Porsche susurró, Pete asintió y aplastó la colilla de su cigarro. La tiró en el bote de la esquina, despidiéndose de su amigo. El recesivo sonrió a medias como respuesta.
Pete se sentía frustrado, detestaba que Porsche luciera tan desganado. Se había acostumbrado a esa energía tan contagiosa, que no entendió en qué momento cambió su destino y terminó en las puertas del estudio de Khun Kinn. Se había prometido no interferir, pero su corazón no soportaba que su amigo sufriera. Le mintió a Big para que lo dejara entrar, sorprendiéndose a sí mismo.
"El amor es la muerte del deber", su lado racional le repitió en un suave murmuro. No le prestó atención, tenía a Khun Kinn frente a él con una ceja arqueada y expectante por su visita.
—Khun Kinn, ¿usted aún confía en Porsche? —Su pregunta realmente no fue pensada, no se consideraba un hombre de rodeos. Menos cuando el silencio de Khun Kinn imperó la habitación. —. Si no lo hace, debería. Porsche es un buen hombre, no merece estar en la oscuridad de este mundo. Sé que lo sabe, también que conoce su manera de amar.
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Choose us, Pete! [VEGASPETE]
Fanfic[•] Pareja: VegasPete. [•] Advertencias: Omegaverse. [•] Recordatorio: Los personajes no me pertenecen. Sinopsis: El acercamiento de Pete y Macao se volverá una luz que guiará el camino de Vegas -una de la que se aferrará a medida que permanezca...