|𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 23 - 𝕭|

41 2 0
                                    


NOTA DEL EDITOR:

A PARTIR DE ESTOS CAPITULOS LA HISTORIA SE VUELVE CADA VEZ MÁS VIOLENTA. LOS TEMAS SE VUELVEN MÁS SENSIBLES Y DIFÍCILES DE DIGERIR. SE RECOMIENDA DISCRECIÓN DEL ESPECTADOR.

Se les pide por favor no repetir estos patrones de conducta, asímismo, les mandamos todo el apoyo del mundo si se encuentran en una situación de esta índole. Salir del ahí es dificil, pero no imposible.

Oku

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

NOTAS DEL CAPITULO:

No se a quien pedirle que no odien jeje...

No me maten

*Huye*

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Capítulo 23-B

Cuando ya ambos estuvieron listos, Aoi llamó a una de las mucamas e inventó una historia poco creíble sobre el origen de la sangre en la cama y en el piso además de darle unos cuantos miles de yenes porque no dijera nada sobre estas manchas. La chica obedeció sin rechistar y cambió las sabanas.

Ya eran casi las 11 de la mañana cuando ambos bajaron al sitio donde Ruki les había indicado con un mensaje de texto. Ambos estaban solos en el ascensor y Uruha aprovechó para volver a colocar su cabeza en el hombro del mayor. Aoi lo dejo, al fin y al cabo probablemente esa fuera la última oportunidad de que Uruha le mostrara su afecto, pero no pudo evitar que, cuando la puerta se abrió nuevamente alejarse de Uruha de un salto, colocándose en la otra esquina del ascensor mientras le sonreía a la gente que entraba. El castaño se tambaleó un poco y se quedó mirando al piso del ascensor antes de levantar su mirada y ver al mayor a los ojos, un poco ofendido y bastante dolido. Aoi ignoró el latido extraño que dio su corazón en ese momento y se quedó un rato en el lobby del hotel mientras Uruha se dirigía al estacionamiento para no dar la impresión de que habían llegado juntos.

__

Reita y Ruki vieron a Uruha llegar a donde estaban esperando. Sus ojos estaban tapados por unos enormes lentes de sol, y cargaba la misma ropa del día anterior. Le pidió a uno de los chicos del staff que fuera a buscar sus maletas en su habitación. Ambos rubios no pudieron evitar notar que la voz del castaño se escuchaba sombría y apagada.

Sin dirigirles ni siquiera una mirada Uruha se metió en la van y se sentó en uno de los primeros puestos, extrañándolos ya que normalmente los cinco se sentaban en los dos últimos puestos.

- ¡Ya está! ¡Droguémoslo para que se duerma, lo amarramos por si acaso y lo llevamos al psicólogo a ver que demonios le pasa! – propuso Ruki emocionado. Reita resopló pero comenzó a reír entrando en la van seguido por el vocalista quien trataba de convencerlo de lo buena que era su idea. Kai entró unos minutos después, frunciendo el ceño al ver a Uruha tan adelante pero no le dio mucha importancia, el castaño a veces hacia eso, así que se fue hacia atrás sentándose junto a Reita. Aoi entró justo después y se quedó parado un momento viendo al castaño antes de acercarse a él.

- ¿Te sientes mejor? – le preguntó, casi susurrando. Uruha dejo de mirar la ventana para ver al mayor, sonriendo al notar a este sentado junto a él. Uruha miró hacia la puerta notando que ya no entraría más nadie antes de agarrar una de las manos de Aoi. El pelinegro se tensó y movió su mano del agarre de Uruha. mirándolo alarmado, Uruha ignoró esto.

Expectation For His Kisses -the GazettE/Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora