Capítulos perdidos (One Shots +18 South Park)

Pacto con el diablo: Kenny y Craig

Sentado junto a Clyde y Tolkien en la parte más alta de las escaleras del instituto que comunican la segunda y tercera planta, muevo el pie nervioso, dando golpes periódicos con el talón sobre el escalón.

Tolkien que dudo me haya visto expresar nerviosismo nunca, arquea ligeramente una ceja y se atreve a romper el silencio que lleva acompañándome desde principios de semana.

-Craig, ¿seguro que esta es la mejor opción? -Miro a izquierda y a derecha, nada, no hay rastro de él. -Quiero decir, si me das algo de tiempo podría contratar a alguien más... profesional...

Tenso la mandíbula antes de responder tras un silencio largo.

-Sé de sobras que no es la mejor opción, pero es la única que me queda. -Suelto aire entre los labios que parece quemarme por dentro. -Y no quiero profesionalidad, sino discreción.

Tolkien no responde y Clyde continúa en silencio aunque sé de sobras que solo permanece callado porque no quiere que le mande a la mierda como acostumbra a ocurrir.
Me levanto de un salto cuando diviso una mancha colorida en el horizonte dirigiendose hacia la parte trasera del edificio.

-Podéis marcharos.
Bajo un escalón tras otro a un paso más bien apresurado antes de que el del jersei violeta me detenga al poner la mano sobre mi hombro izquierdo.

-Escucha, Craig... -No me molesto en girarme, simplemente bajo un poco la mirada. -No quiero meterme donde no me llaman, pero ya sabes lo que dicen de McCormick. No creo que esta sea la manera de superar lo de Tweek.
Frunzo el ceño al escuchar el nombre de mi exnovio y no puedo evitar tensar la espalda.
Lo cierto es que lo que había entre nosotros, si esque aún quedaba algo tras tantas peleas y rupturas, terminó desapareciendo cuando el rubio cambió de instituto y poco a poco dejamos de hablar.
Solamente necesitaba olvidarme del tema, ya hacía más de cuatro meses de eso y sabía que esta última ruptura era la definitiva, no iba a permitirme vovler arrastrandome de nuevo.

Con un gesto casi violento aparto la mano del pelinegro.

-Nos vemos la semana que viene, Tolkien.

Mientras dejo que los arbustos y arboles sin podar me engullan, escondo ambas manos dentro de mi abrigo y siento como me tenso aún más al notar entre mis dedos el plástico del preservativo que había sacado de mi mesilla de noche hacia unas semanas. Llevo tiempo retrasando este momento y la larga lista de espera para los favores que el rubio concedía tampoco ayudaban a que fuera una decisión repentina y sin pensar.

Aparto con el dorso de la mano una rama que obstaculiza el paso y aprieto los labios cuando descubro al chico del anorak naranja a unos pocos metros.

Me devuelve la mirada y mientras se incorpora, separandose de la pared de ladrillo mohoso, me saluda con un movimiento de cabeza.

Yo me mantengo en el mismo sitio y espero, sin responder, a que termine de dar una calada a lo que sea que esté fumando antes de que sea él el primero en hablar.

-Qué puntual, Tucker, se ve que tienes ganas de verme. -Profundizo la frialdad de mi mirada, pero solo consigo sacarle una breve carcajada.

Juega con el porro pasándolo entre los dedos sin quemarse, como un profesional mientras busca algo dentro de su mochila, roída por el paso del tiempo.
Le observo con curiosidad aunque por supuesto no lo demuestro y sigo con las manos dentro de los bolsillos, rascando con la uña el plástico del condón.

Finalmente, saca un par de revistas que me tiende antes de incorporarse.

-¿Qué es esto?

Kenny ladea la cabeza y no puedo evitar subrayar lo tierno del gesto aún cuando se trata del rubio.