Lo que cuenta es la primera impresión

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El héroe sin harem

Capítulo 24: Lo que cuenta es la primera impresión

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De pie, con pose firme, las sombras le embozaban el rostro, pero esa postura antojaba a un varón de recia apariencia. Al desaparecer la electricidad estática en el callejón, también la ilusión se desvaneció: Cayó el cliente del bar sobre la inmundicia, inerte en medio de los efluvios del alcohol.

«No puedo creerlo, esto tiene que ser una especie de broma», pensó Jessie. Suspiró debido a la frustración y puso su máximo empeño en arrastrar el cuerpo de Amador a la bendición de la claridad del día.

«¡Pesa mucho! No creí que un hombre pesara tanto», pensó, sorprendiéndose de que las sombras le otorgaron al desconocido un aspecto más espectacular del que tenía. No era tan recio como su padre, ni tampoco apuesto, al menos no era desagradable de faz como alguno de los borrachines habituales del bar.

Frunciendo el ceño, maldijo en su interior que nadie pasaba en ese momento para brindarle ayuda por lo que tuvo que arrastrar el peso muerto hasta una fuente.

Forzando sus delicados músculos, le hizo sentar apoyando sus espaldas contra la fría roca de la fuente. Se secó el sudor de la frente y se dio la vuelta; sus bellas piernas hicieron de soporte y gracias a sus muslos y espaldas, se inclinó para recoger el agua.

Tenía bastante en el cuenco de sus manos; antes de que el agua se escurriese por entre sus delicados dedos, arrojó aquella al rostro del hombre.

—¡Carajo, viva el Tigre, muera el Bolívar! ¿Qué pasa? No molesten. Déjenme beber en paz.

—Ya no estás en el bar, ¿recuerdas? Te asaltaron unos bandidos, luego te desmayaste y tuve que traerte hasta aquí.

¿Eh? Ya recuerdo, vi a una hermosa mujer, ¿eras tú? —dijo Amador, frotándose los párpados con los sucios nudillos.

—Me sentiría halagada, pero de nada sirven los cumplidos de borrachos. Vamos, párate, estás hecho un asco, hiedes a alcohol y porquería; lávate la cara y de paso límpiate la ropa, ¡no entres a la fuente!

Escandalizada con lo que presenciaba, decidió ser ella la que limpiase al hombre. Tenía el joven rostro enojado y trataba con todas sus fuerzas de no oler la pestilencia en las ropas mojadas.

—Listo, al menos ya estás presentable, pero te aconsejaría tomar un baño y lavar tu ropa.

—Gracias, este...

—Jessie. Trabajo en el bar y vi que eras muy dadivoso con mi jefe; toma, aquí están tus monedas, estabas pagando de más.

—Gracias, soy Amador, soy...

—El héroe de otro mundo, lo sé, vi tu pantalla de datos y estadísticas.

—Ex héroe de otro mundo. Pensé que nadie podía ver mi pantalla isekai.

—Yo sí puedo, mi padre también es un, bueno, él también es un ex héroe de otro mundo. Supongo que por eso pude ver tu pantalla de invocación, debe tener relación con que llevo su sangre.

—¿Tu padre? ¿El también viene de otro mundo? Espera, ¿te llamas Jessie?

—Te lo dije, seguro sigues medio dormido, lávate un poco más la cara.

—¿Jessie Deadpool-Wolfverine?

—No digas mi apellido, es muy largo y algo me dice que es raro. ¿Me buscabas? Porque yo sí iba a buscarte.

—Recordé la lista que me dieron, de las candidatas a formar parte de mi..., grupo de aventureros.

—Sí, viajé al reino y puse mi solicitud, pero sin dar explicaciones a nadie, dijeron que ya no había más el héroe de otro mundo ni aventuras.

Isekai: El héroe sin harem (Completa. De Bolivia para el mundo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora