Parte 1 (2015)

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Hoy día era su cumpleaños. Shoyo recuerda sus cumpleaños anteriores con un sentimiento que regocijaba su corazón, como un rayo de sol que golpeaba tu piel luego de un día frío. Ese día apreciaba más que nunca el cariño de sus seres queridos, personas increíbles que se mantuvieron a su lado a pesar de todo, ellos eran mucho más de lo que alguna vez se imaginó.  

Pero, ese día no sería un cumpleaños como los que solía celebrar, esta vez sería el primer cumpleaños que no celebraba en Japón, y quizás tampoco sería el último. Ahora él vivía en Brasil.

Shoyo ya lo sabía, eso claramente iba a ocurrir. Fue uno de los miles escenarios que su cabeza proyectó en las noches de desvelo. Pero por más que lo supiera no significaba que doliera menos.

Cuando le ofrecieron ir a Brasil, él por supuesto que lo tomo como una oportunidad única en su vida, en la que se podría superarse a sí mismo. Después de todo, las personas estamos en constante evolución, y manteniéndose quieto, ya sea metafóricamente o no, no iba a resultar en el real cambio que tanto anhelaba. 

El vóley playa se mostró como un nuevo reto en su vida; difícil, mas no imposible. Y si tenía que ir al otro lado del mundo para no quedarse atrás, lo haría, aunque estuviera solo, aunque tuviera la barrera del idioma y cultura él podía lograrlo.

No habrían los maternales abrazos de su madre, las tardes de película con Yamaguchi, las "discusiones" con Tobio, ni mucho menos tendría el reconfortante tacto que producía su mano entrelazada con la de Kei. Las personas que más quiere en el mundo no estarían a su alrededor, todo eso ya estaba previsto.

Ya tenía meses que se mudó a Brasil, así que en más de una ocasión la soledad interrumpió en su sistema quitándole toda felicidad posible. Solo que ahora, era su su cumpleaños, el día favorito de su mundo, y se sentía peor. No había comido, apenas se levantaba para beber agua y durante el mayor tiempo posible de ese "lindo" día, y también el anterior, se quedo en un sueño profundo, como si las garras de Morfeo lo obligasen a estar en cama. Su energía y vitalidad había sido drenado de su cuerpo sin darle opción a que se lo devuelvan.

Había muchas razones por las que su cumpleaños era su día favorito.

Es su día favorito porque era cuando memoraba su progreso de hace un año, veía todo lo que arriesgo, y alcanzó. Cosa que en alguno que otro momento nunca pensó llegar, pero viendo atrás le hizo saber que cada maldito segundo valió la pena.

Es su día favorito porque su mamá le preparaba de desayuno hotcakes con fresa y miel encima de estos, como lo viene haciendo desde hace muchos años y recordaba que siempre tendría a su mamá a su lado sin importar cuánto crezca.

Era su día favorito porque Natsu le entregaba un dibujo, una pintura, un detalle que ella hacia de él. La última fue una pintura de él haciendo una recepción en sus días de Karasuno, cuando estaba en tercer año. Su hermanita era tan buena pintando, cabe mencionar.

Era su día favorito porque las personas que quiere y aprecia se reunían en un mismo lugar por él. Incluso aquellos que no se llevaban tan bien... Todavía recuerda en su cumpleaños número diecisiete como Oikawa miraba con desagrado desde una esquina a Ushijima, y cuando este se intentaba acercar a él, el castaño buscaba de inmediato a Iwaizumi, para pegarse como chicle al moreno.

Era su día favorito porque hace un par de años Kei agarro por costumbre prepararle una sorpresa por su cumpleaños en cada año, que consistía de muchos detalles, las sorpresas eran tan jodidamente emotivas y a palabras de su señorito enamorado "Es tu cumpleaños, Sho. No te mereces menos".

Aún recuerda el primer cumpleaños que comenzó con ese pequeño ritual de su novio. Había pedido permiso a su madre para quedarse a dormir en la casa de los Tsukishima, ella encantada aceptó, Kei tenía la total confianza de su madre, así que no había problema. Cuando llegó y pasaron al cuarto del rubio, este estaba preparado como un pequeño cine privado, tenía varios dulces que eran sus favoritos puestos sobre las mesas, y una pila de películas en la esquina de la televisión, ¡y no eran cualquier películas! Eran sus favoritas, las que veía de niño y que le hacía tanta ilusión volver a verlas, pero no las encontrabas en ningún lado. No pensó que Kei se había pasado todo ese tiempo reuniéndolas.

¡Feliz cumpleaños, Shoyo! [TsukiHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora