Capitulo 7; Relato del sobreviviente.

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Cuando ambos hombres se encontraron dentro de la habitación, la puerta se había comenzando a mezclar con la pared de ladrillos de piedra hasta desaparecer completamente.

Sin embargo, el acontecimiento fue tan rápido y discreto que ninguno de los dos parecía haberse dado cuenta. Pero en el caso del joven se debía a que su total atención se había desviado hacia todo lo que había dentro de la habitación, viendo una sala bastante amplia, que contaba con una chimenea y una pequeña cocina, teniendo a su lado un gran librero.

Los pisos eran de piedra liza al principio, pero eran cambiados por unos tablones de madera de roble al final. Al fondo de la habitación habían unos muñecos de entrenamiento hechos con costales rellenos de heno, los cuales tenían una armadura de cuero y una espada de madera adherida a sus brazos.

El chico se paseó por la habitación con una expresión que fácilmente delataba la impresión que le generaba ver todo lo que había a su alrededor. Al girar su cabeza hacia la izquierda, notó que también había unas estanterías llenas de armas que colgaban en la pared, mientras que en la pared derecha había otra estantería repleta de libros.

— ¿Que es esta sala? — preguntó el chico mientras caminaba y miraba su entorno con mucho interés.

— Ah, entonces nunca antes habías oído hablar de esta sala ¿no es así? — preguntó Wilson, recibiendo una mirada confusa por parte del joven — En ese caso tendré que explicarte algunas cosas sobre este lugar. Para empezar, te diré que este espacio no posee ningún nombre en específico — explicó mientras se acercaba al joven — No obstante, muchos  de nosotros la conocemos como la sala del descanso, un lugar que siempre está disponible para cuando necesitas tomarte un tiempo para ti y descansar, sin la interrupción de nadie del exterior. Siendo esta la razón por la que la puerta siempre desaparece una vez que la sala esta siendo ocupada.

— ¿Qué? — el joven volteó, drásticamente, su cabeza. Percatándose que la puerta había desaparecido — pero si la puerta no esta, entonces como es que...

— Una persona puede salir — interrumpió Wilson adivinando, con exactitud, las palabras que el chico estaba a punto de pronunciar — no te preocupes por eso, para salir de la sala solo tienes que tener ese deseó e intención en mente, el de verdaderamente irte salir de aquí.

Wilson desvió la mirada hacia el lugar en la que la puerta había desaparecido, él precia estar esperando a que ocurriera alguna especie de cambio en el muro. Sin embargo, este nunca mostró ningún cambio.

— Pero qué curioso, por lo que veo no quieres irte de aquí — comentó Wilson levantando una ceja y volteándose para ver directamente al joven — Aún no al parecer — agregó antes de dirigirse a la única cocina que había dentro de la habitación.

El chico se le quedó mirando a Wilson mientas este llegaba a la cocina, se agachaba en frente a una de las gavetas y comenzaba a rebuscar en su interior. Encontrándose una botella de color marrón.

— Je, este sí que es un Ron de calidad — dijo mirando la etiqueta que había encima de la botella antes de quitarle el corcho con los dientes — Salud muchacho.

Tras decir esas palabras, Wilson levantó en alto la botella y se la llevó a la boca. Tomando grandes y profundos sorbos de su contenido.

— Uf... pero que delicia — suspiro saboreando el ardiente sabor que le había dejado el ron en su boca — Oh, perdóname, ¿Quieres un poco? — preguntó extendiéndole la botella al chico pelirrojo.

— No, muchas gracias — respondió.

— Como gustes — dijo Wilson restándole importancia — Pero esto sí que está muy bueno, tú te lo pierdes — añadió dándole otro trago a la botella que llevaba en su mano.

Sangrienta Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora