*Separador: Gally*
Entré sin tocar la puerta a la habitación de Carly, esperando encontrarla babeando en su almohada por la hora que era, pero me llevé una sorpresa al encontrarme a la mundana guardando ropa en una maleta junto a Samantha, quien parecía sacar todo lo que la peliazul metía en el gran bolso.
—Esto no. ¿Qué harás con unos guantes allí?
—Proteger mis manos, obviamente.
—¡Son guantes para frío, idiota!
—¿Qué mierda hacen? — Me aproximé a las chicas que no parecían percatarse de mi presencia en la habitación.
Esperaba hablar con Carly sobre lo que escuchó hace un rato, pero parecía demasiado ocupada empacando cosas.
—Ah, Gally— Dijo Sam, quien solo asintió en mi dirección y siguió sacando ropa de la maleta.
Llevaba una una blusa de tirantes negra y una coleta alta que permitía que su cabello dejara al descubierto su espalda y por ende, el sol que tenía tatuado bajo el cuello, tatuaje que compartía con Evanna, quien tenía una luna en el mismo lugar.
—Hola, Gally...— La voz de Carly era de molestia.
Me crucé de brazos, esperando que las personas que estuvieron en la junta, incluyendo a Sam, se hubieran callado la boca y no le hubieran dicho nada a la mundana.
—¿Podemos hablar? — Me dirigí únicamente a Carly.
Sam captó la indirecta que le mandé, por lo que tomó la maleta ya lista y la llevó a su hombro.
—Esto es todo, no necesitarás mucho más. Nos vemos mañana.
Carly asintió y la pelinegra salió del lugar sin despedirse de mí.
¿Por qué todos están tan callados de repente?
Sé que está molesta porque me negué a ayudar, pero no puede culparme sin saber la historia completa y el trasfondo de mi rotundo "no".
—Sam está molesta porque Evanna no ha llegado de la Tierra y parece que lleva días tardando más de lo acordado. — La excusó por su comportamiento, a pesar de que ambas sabemos que no es eso lo que la tiene así— Ya sabes como es de sobreprotectora, y cuando Evanna se va a la Tierra es difícil detectarla.
—Claro...
—Si, me dijo que consiguió un par de amigos allá y por eso tarda en volver algunas veces, seguramente se la llevan de peda o algo.
—Evanna no es así.
—Aún...—Dijo con una sonrisa traviesa.
Sonreí al ver que el enojo de Carly no era tan potente como el de Sam.
Decidí dejar de posponer nuestra plática de una vez.
—Carla, sobre lo que oíste allá...
—No te preocupes, entiendo.
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Infierno Escarlata (C.E 2)
Viễn tưởng-Segunda parte de Castigo Escarlata- Después de miles y miles de años, la vampiresa Gally Dimmock al fin ha logrado obtener lo que tanto anheló en el pasado: libertad. Lamentablemente, al cumplirse su deseo, todo lo que alguna vez amó le fue arrebat...