Capítulo 1. Tiritas mojadas

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-Tía te lo juro, me dijo que les llamaban comestibles y que podias fusionar la marihuana o cualquier droga con cualquier cosa y comertelo - dijo Paula mientras hacía una mueca rara como de no entender nada. Su amiga rompió en caecajadas, en medió del pasillo. Ella tampoco entendía nada, y menos de drogas.

-¿Y ésta es la chica que te dijo que no iba a probar la droga nunca después de lo que le pasó a su padre? - preguntó señalando a Paula con un dedo sin parar de reir

-Moni te lo juro que es ella y que eso fué lo que me dijo - dijo con una mano en el corazón como si de un juramento importante se tratara.

-Lo que tu digas -dijo acercandose a su amiga para darle un último abrazo, se despidieron con la mano por última vez y tomaron caminos distintos.

Tocaba volver a la realidad Pensó Paula, la realidad era que en menos de un año ya había perdido una totalidad de tres amigas, es verdad que a la vez había ganado otras mejores, pero esa pena, esa rabia y esa culpa...temía que proliferaran en ella como hongos o gusanos en una lata de comida para gatos. Todo ésto pensaba Paula, mientras deseaba que aquellas nubes tan grises que acechaban el cielo de aquel 21 de junio, se posarán y llovieran sobre ella hasta que todo aquello pasase, hasta que todo fuese un mero recuerdo. Todo ésto le resultaba muy familiar, era una angustia en el pecho que ya había sentido antes, cuando Carlos marchó y la dejó con el corazón hueco durante tanto tiempo. No le gusta comprobar que tal está, por si las tiritas mojadas ya han caído y no hay mas remedio que sentirlo todo, otra vez todo. Al llegar a casa, se dió una pequeña ducha, solo para sentir el agua cayendo fuertemente sobre ella. La noche....la noche no pasó ni lenta ni rápida, disfrutaba mucho de ver aquella serie que tanto le recordaba a su infancia, a los ratos en familia cuando no habia odio de por medio. Ahora, habían cambiado tanto las cosas, y temía que no dejaran de cambiar. Aunque sabía que la vida se trataba de eso, aunque le diera rabia y miedo no poder escapar al paso del tiempo.

Dicen que la entrada es gratis cuando llevas floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora