Expectation For His Kisses -the GazettE/Yaoi-

|𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 31-𝕬|

NOTA DEL EDITOR:

A PARTIR DE ESTOS CAPITULOS LA HISTORIA SE VUELVE CADA VEZ MÁS VIOLENTA. LOS TEMAS SE VUELVEN MÁS SENSIBLES Y DIFÍCILES DE DIGERIR. SE RECOMIENDA DISCRECIÓN DEL ESPECTADOR.

Se les pide por favor no repetir estos patrones de conducta, asímismo, les mandamos todo el apoyo del mundo si se encuentran en una situación de esta índole. Salir de ahí es dificil, pero no imposible.

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NOTAS DEL CAPITULO:

Tengo tantas cosas que decir~

Y al mismo tiempo, nada~

¿Quieren saber por qué mi tardanza?

Supongo que todas no, así que las que quieran saber me avisan ><

¡No he respondido reviews!

Los respondere, ¡seguro!

Como el capítulo está dividido en dos partes, seguramente me tendran pronto por aqui ^^

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Capítulo 31.

Había algo que Aoi nunca hacía.

Algo que siempre trataba por todos los medios de evitar.

Y eso era, quedarse solo, quieto y sin hacer nada inmediatamente después de estar con Uruha.

Siempre trataba de evitarlo, porque su mente le hacía recordar cosas que no quería, le hacía pensar cosas que no le agradaban, cosas que le asqueaban, cosas que le hacían dudar de si mismo... cosas que le hacían arrepentirse de cómo trataba a Uruha.

Por esa razón, siempre se iba del apartamento del castaño, o se quedaba dormido, o se levantaba a ver televisión, o incluso hablaba con el mismo Uruha, pero nunca, nunca se quedaba solo con sus pensamientos.

Pero en ese momento no tenía mas remedio. Porque no podía moverse por el dolor, y su mente se negaba a tomar otro rumbo que no fuera Uruha. Especialmente esas palabras que acababa de oír, se repetían una y otra vez con distintos matices, con diferente profundidad, con diferentes tonos... pero siempre con el mismo dolor en las palabras del castaño.

¿En qué había estado pensando?

En menos de una hora había arruinado el trabajo de meses. La confianza que Uruha le tenía se había perdido así de fácil.

Aunque el castaño había dudado durante todo momento, sobre la fachada que Aoi trataba de mostrarle, nunca se la había creído por completo... y ahora sería difícil, muy difícil acercarse a Uruha nuevamente.

Un nudo apareció en su garganta. El solo pensamiento de estar alejado de Uruha dolía. Que el castaño estuviera decepcionado de él, solo con recordar su mirada llena de dolor hacia que un dolor punzante y constante se reflejara en su pecho.

Por eso odiaba esto, por eso trataba de evitarlo... el silencio le hacía ver esas cosas... y él no quería eso. Nunca había querido que Uruha fuera más que un juguete para él, jamás hubiera pasado por su mente que llegaría a este punto, donde comenzara a recriminar sus acciones hacia el castaño, nunca, nunca hubiera querido sentir tanto como lo estaba haciendo.