Expectation For His Kisses -the GazettE/Yaoi-

|𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 32|

SUBNOTA DEL EDITOR Y ADVERTENCIA:

Para digerir esta serie de capítulos se recomienda una alta cantidad de pañuelos, un desahogue de frustración y muchísima madurez emocional. Lo que se viene probablemente les deje secuelas. No está de más recordar que estos son hecho ficticios. Que en ningun momento se busca perjudicar la imagen de los integrantes de the GazettE. 

Lo decimos en serio. Lo que se viene es demasiado fuerte. Si te consideras una persona muy suceptible, por favor date una pequeña pausa, respira, relájate y continua con precaución. Llámenos ridicules, pero es un capitulo que nos ha marcado de por vida.

No les culpamos si luego necesitan de un psicólogo. Pero no pagaremos ningun tipo de terapia.

KyoHito & Shima

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NOTAS DEL CAPITULO:

Es muuy largo~

Espero no se aburran!

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Capítulo 32

Uruha no entendía nada. Aoi estaba sobre él de una manera casi hermética y no lo dejaba moverse, pero tampoco se movía él. Notó hacia donde estaba enfocada la mirada de Aoi y trató de moverse para poder ver. El mayor opuso un poco de resistencia, pero finalmente lo dejo, Uruha pudo ver de reojo la expresión algo arrepentida del mayor antes de voltearse.

Michiko le devolvía la mirada aturdida. Antes de que sus ojos se fueran abriendo cada vez más hasta llegar a una expresión totalmente horrorizada.

El castaño no terminaba de creer lo que veía. Quiso decir algo pero no sabía que. No había nada que decir, Aoi estaba medio desnudo, y la posición en la que estaban en la cama definitivamente decía más que mil palabras.

Cuando la chica retrocedió un par de pasos en shock, Uruha trató de levantarse y seguirla pero Aoi lo detuvo. El castaño volteó a mirarlo, en los ojos de ambos había desesperación... en los del mayor por no querer que Uruha fuera tras ella y en los del castaño por no saber que hacer, ni que pensar...

En un movimiento tan desesperado como sus sentimientos en ese momento, Aoi acercó a Uruha a su cuerpo y lo abrazó posesivamente, impidiendo que se moviera. Demasiado confundido como para reaccionar, el castaño se dejo hacer, sin voltear a ver a la chica.

Eso fue demasiado para Michiko, quien salió corriendo, tirando la puerta de entrada violentamente, logrando que ambos dieran un pequeño salto.

- Uruha... – Aoi susurró, llamándolo, al ver que el más alto no reaccionaba. Uruha volteó a mirarlo, parecía asustado. El mayor respiraba agitadamente, rogando con todas sus fuerzas que el castaño no asociara las cosas.

- ¿Por qué...? – susurró, – podías verla... ¿por qué no...? – se detuvo. La expresión arrepentida del mayor, los nervios que se le notaban a flor de piel... su teléfono... ¿Dónde demonios estaba su teléfono? ¿Por qué Michiko no le había avisado que iba?...Momento... Aoi había usado su teléfono...

Aoi alzó una de sus manos, e hizo ademán de querer tocar el rostro de Uruha, pero el castaño apartó la mano del mayor de un golpe.

Sus ojos se abrieron hasta mirar a Aoi de forma casi exagerada y se levantó de golpe de la cama, alejándose del mayor como si este fuera alguna clase de monstruo.