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Me levanté en mi piso con mi madre, y estábamos listas para arrasar el día. Me desperté con una energía de la hostia y me encontré a mi madre en la cocina preparándonos el desayuno.

Aida: ¡Buenos días, mami! ¿Cómo has dormido?

Mi madre se rió y me sirvió una buena taza de café. Decidimos aprovechar al máximo el día y nos fuimos a la playa para ponernos morenas y disfrutar del solazo. Nos tumbamos en las hamacas, nos embadurnamos de crema solar y nos relajamos bajo el calor infernal.

Después de un rato asándonos y charlando de cotilleos, nos aburrimos de la playa y decidimos cambiar de aires. Nos fuimos de compras al centro comercial, arrasando con todas las tiendas que nos llamaban la atención. ¡Y ahí estaba! Encontré un vestido negro alucinante con un escotazo de infarto y unos tacones dorados que pegaban de lujo. No pude resistirme y me los compré, pensando en la próxima fiesta donde iba a darlo todo.

Ya con los estómagos rugiendo, nos sentamos a comer en el centro comercial. Y ahí fue cuando recibí un mensaje de David. Parece que tenía un plan en mente para todo el grupo, incluyendo a Beny y Morad. La idea era ir a La Florida, para comer pipas y fumar hierba.

Aida: Hostia, David, eso suena genial Cuenta conmigo. Dile a Beny y Morad para que se apunten también.

David: no hay plan sin ellos .

No perdí tiempo en prepararme para el plan. Me puse unos pantalones de cuero negros y un top negro que me quedaban de puta madre. Y, claro está, mis Converse para estar cómoda.

Cuando llegamos a La Florida, me encontré con Beny y Morad. Beny no podía evitar lanzarme miraditas. Durante la noche, noté que Beny se ponía un poco tenso cuando un chico intentaba ligar conmigo, pero no decía ni mu.

La noche en La Florida fue una jodida locura. Risas, música a todo volumen y conversaciones sin sentido. Nos lo pasamos de puta madre compartiendo pipas y partiéndonos de risa sin preocupaciones. Pero en un momento dado, Beny decidió llevarme a casa porque David estaba muy colocado y no podía conducir.

En el trayecto de vuelta, la música sonaba bajito en el coche y se notaba un rollo raro en el aire. Aunque Beny no decía ni una palabra, podía sentir la tensión en el ambiente. Cuando llegamos a mi casa, nos miramos por un segundo, pero ninguno dijo nada.

Me despedí de Beny con una sonrisa y un gesto de agradecimiento por llevarme a casa. Mientras entraba en mi casa, mi mente se puso en marcha y empecé a darle vueltas a los sentimientos que podrían estar surgiendo entre nosotros.

¿ Beny jr o Simo ElRifi ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora