Cuando finalmente le coloco la calificación al último examen que reviso, dejo escapar el pesado aire y acuesto mi espalda contra el respaldar de la silla. Hace un par de horas terminó mi última clase, pero en lugar de irme a casa como todos los demás, decidí quedarme para revisar todos estos exámenes.
La extrañeza con la que todos me miraron cuando les dije que me quedaría fue más que evidente, pero es que no quería ir a casa y leer esa carta que dejaron en mi buzón de la biblioteca. Para ser honesto, el solo hecho de llegar a casa y ver la carta que desdoble el otro día después de que mi hermano se fue, es un completo fastidio.
Cubro mi rostro por unos instantes con ambas manos mientras me preparo para lo que sea que haya escrito en esta nueva bomba cursi y llena de palabras vacías. Esto me lo hubiera ahorrado si no le hubiera escrito en mi momento de rabia que aceptaba todo esto.
Tomo el sobre y lo abro para sacar el contenido, cuando me doy cuenta que lo que viene ahí es más de una carta. Confundido por este extraño suceso, separo las dos cartas y abro la que se me hace más familiar.
"Mi querido profesor:
Aún con los nervios provocando un hormigueo en mis manos, mi estómago sonando y el sudor cayendo por mi rostro, decidí escribirle para expresarle todo lo que sentí al estar cerca suyo.
Al leer en los libros de romance todo lo que se sentía al estar con la persona que el personaje principal ama, creía que era una simple incoherencia nacida de la mente del autor para hacer creer que todo en el mundo nace del amor, que nuestro principio y el final es la imagen de los ojos de quien se ama, que los problemas acaban cuando se está envuelto en los brazos de aquel a quien se ha elegido para entregar el corazón.
Hoy, al sentir el temblor en mis manos y una sensación inexplicable en mi pecho por haber estado a su lado, creí haber tocado el cielo solo con la punta de mis dedos, pero de repente he caído con brutalidad hacia el frío infierno porque sé que se aproximaba la inevitable separación.
Oh mi querido profesor, yo realmente deseaba con todas mis fuerzas quedarme más tiempo a su lado y finalmente arrancarle todo ese dolor que la marca entre sus cejas me hizo saber que tenía en lo profundo de su ser.
Pero, había ahí frente a mí una enorme pared que ni con la fuerza de mil hombres, ni con el corazón más fuerte habría podido atravesar.
Usted ya me ha encomendado una tarea, me ha dado un tiempo y sin darse cuenta, también me ha dado fuerza para seguir.
Había dudado tanto para enviar cartas, había dudado tanto para acercarme y había dudado tanto para revelarle al hombre que amo, que estoy dispuesta a caminar por las llamas del infierno solo para obtener el mayor premio.
Sin embargo, mi querido profesor, le pido que no haga trampa y que siga la única regla del juego: trate de verme a través de las letras y no intente saber cómo soy. Yo creo en la magia de este juego y también creo que puede desaparecer si me intenta ver más allá de esto que escribo.
Por favor, dueño de mis latidos, no intentes conocerme aún. El tiempo todavía no llega y aun me falta mucho por contar, pero debes saber que ya has caído en mi hechizo y que ya no hay vuelta atrás.Atentamente: Una criatura que lo observa y lo ama."
Dejo escapar el aire mientras pongo la carta sobre el escritorio para pasar mis manos por mi cabello lentamente. Siento una extraña sensación en mi rostro ahora mismo y no puedo comprender el porqué de ello.Al darme cuenta de que no lograré aclarar mis pensamientos aquí, me levanto rápidamente de la silla y guardo todas mis cosas en el bolso antes de salir del salón.
Creí que si leía esta cosa lejos de mi casa encontraría algo de sensatez y quizás me burlaría de las palabras que vendrían escritas en la hoja, pero en lugar de eso solo he conseguido tener una sensación extraña.
–Profesor Emerson...-dice alguien de repente y provocando que pegue un ligero brinco en mi sitio.
–Dios...-digo en un susurro antes de girar en mi sitio para mirar a la dueña de la voz.-¿sí?...-la expresión asombrada de la bibliotecaria es como de película de comedia.
–¿Se encuentra bien?...-asiento con la cabeza en respuesta y trato de regalarle mi mejor sonrisa.-me alegra...-dice con una sonrisa amable.-creí que se encontraba con temperatura...-dice mientras pasa dos dedos frente a su rostro para darme una especie de ejemplo.
–¿Perdón?...-antes de que pueda decirme algo más, doy media vuelta y me pongo a correr hacia el baño más cercano.Cuando puedo observar mi reflejo en el espejo del baño, me doy cuenta que tengo un ligero color rosa en las mejillas y puede que en efecto tenga algo de temperatura. Debe ser que me he enfermado por tanto trabajo.
Lleno mis manos con agua para mojar mi rostro y bajar un poco este calor que siento. Debí haber parado de trabajar en cuanto sentí que mi cabeza iba a explotar, pero soy un maldito masoquista que se explota a sí mismo con tal de dejar de pensar en toda la mierda que hay en mi vida.
Todo en mí es un remolino de desastres y errores del pasado de los que al parecer jamás podré huir. Jamás podré continuar con mi vida si sigo dejando que el pasado sea el freno del futuro y no más bien la lección aprendida para quién debo llegar a ser.
El agua de la llave sigue cayendo sobre mis manos y extrañamente trae consigo una sensación de tranquilidad para todo el desastre que tengo en la cabeza ahora mismo. Sin embargo, la sensación de tranquilidad debe parar ahora, por lo que cierro la llave y me acerco a las toallas para secar mis manos.
"Y entonces...."
En ese lapso de tiempo en el que caminé hacia las toallas, tomé una y la pasé por mis manos para secarlas, un extraño sonido atravesó la puerta (que no cerré del todo cuando entré al baño) y se adentró hasta mi subconsciente.
Una extraña imagen vino a mi cabeza de repente, era como un recuerdo de algo, una situación en la que estuve en el pasado, como algo que ya había vivido y que también había escuchado en algún momento de mi vida. Aquel sonido era una risa que ya había escuchado anteriormente, pero mi mente, que siempre bloqueaba recuerdos a su antojo, nuevamente me impedía recordar todo.
"Y entonces..."
Reconocí al instante la imagen que mi mente mostraba en ese instante donde la risa atravesó todas las barreras y se adentró en mi mente. Esa risa le pertenece a la mujer que me ha escrito todas y cada una de las cartas.
Abro la puerta rápidamente y salgo del baño para buscar con la mirada por las todas direcciones a la dueña de esa risa. No veo a nadie por ningún sitio ni tampoco parece que alguien haya pasado por aquí recientemente.
Trato y trato de que mi mente recuerde más para poder buscar por todos los pasillos a esa persona, pero no hay nada, no trae nada, no viene nada a mi mente que me ayude a saber cómo es ella.
Dios, no entiendo esto. ¿Cómo demonios puede una persona provocar que su risa solo traiga frustración a otra persona? ¿Qué es exactamente lo que esa suave risa me hizo sentir la primera vez que la oí para que ahora me haga buscarla con desespero? ¿Qué es exactamente lo que la hizo reír la primera vez que la vi como para que ahora no pueda olvidar ese suave y delicado sonido?
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Mi querido profesor. ♡ [En Pausa]
Romance"Todas las grandes historias comienzan en el final de un desastre y esta no era la excepción a la regla." El profesor Dereck Emerson era ese hombre callado y solitario al que todas las mujeres buscaban, más del que toda persona con cerebro y un cel...