El diario de una chica con el corazón roto.

Nameless.

Sin nombre - San Venus

En algún momento estuve locamente enamorada,

mi primer pensamiento por la mañana era el,

y también el último por la noche.

Recuerdo siempre estar pendiente, saber que me encantaba verlo sonreír

y llegué a saber que yo provocaba esa sonrisa era lo mejor.

Recuerdo que parecía que las canciones de amor hablaban sobre él.

Esos meses siempre me recordarán a él, con ternura, con cariño, con tristeza.

Pero siempre llevarán su nombre.

Estar patéticamente triste es algo que me pasa seguido.

Se trata de pequeños intervalos de depresión.

De el sentimiento devastador donde no puedo decir media palabra sin colapsar,

donde se vuelve imposible sonreir ya cambiar las demas personas se obtienen rostros vacios.

En esos momentos el futuro se vuelve invisible,

solo quedamos mis problemas y yo. 

En la noche estoy absurdamente muerta,

o en algún otro momento,

suelo olvidar esto,

no recuerdo qué pasó, con quién hablé.

La mayoría de las veces recuerdo mas lo que siento que lo que paso,

las demás veces solo siento que floto por el espacio sin rumbo,

solo esperando la muerte,

incluso ni siquiera eso.

También estuve realmente viva,

en algún momento, tal vez fue desde esa primavera que no estaba vacía (ahora lo está) y ese otoño.

Fueron meses en los que pensé "¿Esto es vivir? Ojalá vivir así por el resto de mi vida"

Término, claro, como todo.

Fue un lugar al que me gustaría regresar, aunque sea una vez.

Ahora solo estoy aquí,

perdido,

caminando por el día y pensando por la noche,

ya no sé si estoy viva.

Parece que solo existo, no hago nada más que escribir palabras sin orden y con poco sentido.

Espero encontrar una señal interesante,

una señal de vida o algo así,

algo que deje de deprimirme cada vez que pienso en ello.

Existo, solo eso.