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La examinó más de cerca. Era una encantadora mujer. Lindo rostro. De figura curvilínea. Senos exuberantes. Justo su tipo. Su cabello oscuro, largo hasta los hombros, se encontraba enmarañado con hojas y hierbas, y su pálida piel se hallaba sucia por la tierra, pero aún lucía impresionante.

¿Qué clase me monstruo podía descartar a una hermosa mujer como ésta en medio de la nada y dejarla para morir? Él había dado un paseo a través del territorio de la manada anoche para mirar el atardecer, cuando vio un jeep que se desvió rápidamente.

Algo abultado voló desde el vehículo, aterrizando cerca de un pozo de agua.

Jungkook casi no podía creer lo que vio cuando fue a investigar.

Al principio, pensó que el jeep había tirado un cadáver. Él se hallaba
sorprendido cuando descubrió que la mujer aún se encontraba con vida.

Decidió esperar, haciendo guardia en caso de que hubiera sido un error. El hombre en el jeep podría no saber que había perdido un pasajero. Los turistas a menudo hacían mierda increíblemente estúpida.

Doce horas después, y aún nadie había regresado por ella. Jungkook estaba convencido que esta mujer era una víctima de un pobremente orquestado intento de asesinato. Juzgando por el olor, ella había sido drogada antes de ser arrojada.

Su mirada viajó hasta su mano. Su dedo se hallaba coronado con un anillo de compromiso.

Una gran roca, pero tristemente, era falsa. Su ojo entrenado fácilmente notó la diferencia entre un diamante verdadero y una Zirconia. El prometido de esta mujer debió engañarla para que pensara que derrochó un montón de dinero en ella con un costoso anillo de diamantes.

Pobrecita, pensó.

¿Qué fue lo que hiciste para merecer esto?

Su hermano también la observó con gran interés. Sus ojos amarillos se
iluminaban.

—Exquisita.

—Lo es. Pero mantén tus manos alejadas de ella. Es mía.

—Idiota —Taehyung resopló.

—¿Y qué? —Jungkook decidió que era tiempo de moverla a un lugar más refrescante.

Él adivinó que ella había sido miserable en este calor. Además, necesitaba ser aseada. La tomó en sus brazos y la llevó a la morada de la manada.

Taehyung se encontraba detrás de él, siguiéndolo con un andar perezoso y depredador.

Jungkook sintió como si estuviera llevando un precioso premio a casa.

𝗟𝗮𝘀𝗰𝗶𝘃𝗶𝗮 | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora