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Tan podidamente estúpida.

Jungkook pareció darse cuenta que ella luchaba con las lágrimas.

—Hey, ¿qué pasa? ¿Te enjaboné muy fuerte?

Rápidamente sacudió su cabeza.

—No es nada.

—Habla conmigo —Jungkook la giró y la abrazó.

Su grito quedó atrapado en su garganta cuando su piel desnuda se presionó en contra de él.

Sus pezones rozaron su pecho. Irradiaba calor.

—¿Qué sucede, nena? —preguntó Jungkook. Le acarició la espalda, mandándole deliciosos temblores a lo largo de su espalda.

Ella no sabía qué decir. Estaba dolida por lo de Seth. Y caliente también, por este hombre. Todo era tan confuso.

—Hey, habla conmigo —Jungkook tiró de su barbilla.

La intensidad de sus ojos la sorprendieron. Parecía preocupado por su bienestar. El nudo invisible en su garganta no le dejaba hablar.

—No es nada —dijo con voz ronca.

Sus ojos se estrecharon.

—Nunca te lastimaría —Acarició su mejilla y le rozó los labios con el pulgar—. Quiero protegerte —Algo en lo profundo de ella se tornó sentimental ante su declaración. Que caballeroso de su parte. Era una romántica irremediable, las cosas más sentimentaloides siempre le derretían el corazón. Había sido lo mismo que cuando Seth le dijo que se enamoró de ella a primera vista, y que era su alma gemela.

Considerando los diferentes que eran sus orígenes sociales, recordó que pensó que, de hecho, los sueños sí se hacen realidad. Siempre quiso al perfecto caballero, pero también debería haber sabido que si algo lucía demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo era.

—¿De verdad crees que mi prometido quiere matarme? —susurró.

𝗟𝗮𝘀𝗰𝗶𝘃𝗶𝗮 | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora