¿Esquizofrenia?

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Cuando la vi por primera vez sentada en el patio de mi casa, pensé que se había extraviado. No llevaba consigo nada más que una pequeña maleta roída color marrón, usaba un vestido largo, sucio y viejo y estaba mal peinada. Quizá venía de muy lejos, de lejanas tierras. Observaba inquieta todo a su alrededor y movía las manos nerviosamente, ansiosa.

Temí acercarme a ella y que se enfadara si la enfrentaba de repente, quizá pudiese gritarme y quien sabe que más. Pero las horas pasaban y ella seguía ahí, moviendo sus manos, sosteniendo la pequeña maleta. ¿Esperaba por alguien? ¿Me buscaba? Pero en ningún momento volteaba hacia la casa, hacia mí. Su vestido azul estaba manchado, roído en los extremos de la falda. Cuando la noche llego por fin me preocupe aún más, seguía en el mismo lugar sin siquiera moverse, observando el cielo mientras caía la noche y los astros fantasmagóricos aparecían en el firmamento.

Finalmente me decidí y me acerque a ella, temiendo que estuviese completamente perdida y necesitara ayuda. Silenciosamente me aproxime y le pregunte: "¿Necesita ayuda?" Musité. La mujer volteo hacia mí, me sonrió y solo dijo que no. Por primera vez vi su rostro, era muy delgada y tenía el cabello castaño oscuro, sus ojos eran verde claro y su piel muy pálida, tenía manchas marrones, signos de que debía tener mucho tiempo durmiendo en las sucias calles. Continúe el interrogatorio a pesar de que ella no me prestaba ya atención. "¿Estas esperando a alguien?", pero su respuesta una vez más fue negativa. Finalmente preocupada por la hora le hice una última pregunta "¿Dormirás aquí afuera?" Y su respuesta fue afirmativa. Esto me sorprendió mucho, seguidamente entre a la casa rápidamente.

La noche paso muy lenta, pero mi preocupación no escatimo en dejarme dormir, estuve despierta esperando algo de ella, que se fuera, que alguien la recogiera, pero ella solo se acomodó en el césped del jardín y se durmió. Muchas preguntas sin respuesta pasaron por mi mente, no sabía que sucedía ni quien era ella, me preocupaba que no tuviese hogar y la hubiesen abandonado.

Al día siguiente me acerque una vez más, mucho más preocupada, le di un vaso con agua y galletas junto con una cobija, por su aspecto daba la impresión de que tenía días sin comer ni beber nada. Lo agradeció y lo dejo ahí, a un lado. No probo un solo bocado, tampoco tomo la manta.

Decidida a saber que hacia ahí aquella mujer, luego de tres días de que solo bebiera agua que yo le proveía, le hice una nueva serie de preguntas. Sus respuestas fueron más extrañas de lo que imagine. Le pregunte: "¿Qué estás haciendo aquí?" Me dijo que debía cumplir  con el castigo que tenía merecido por haber desobedecido, esto me sorprendió mucho, "¿Hiciste algo malo?" Continúe, me dijo que había pecado y debía pagar con su terrible castigo, y que solo necesitaba de un sacrificio humano y seria el fin de todo, su diosa ya no estaría más enojada con ella por haberla engañado. Después de esto no me dijo nada más, no quiso responder a ninguna otra pregunta ni hablar más.

Luego de diez preocupantes días en los que apenas pude cerrar un ojo y en los que los vecinos se quejaban angustiosamente, finalmente decidí llamar a la policía para que hicieran algo por la pobre desdichada. Esa noche la policía apareció pronto, la interrogo y solo me dijeron que no se iría y que tampoco podían hacer nada por ella, la ley les impedía llevársela, hasta que no apareciera alguien buscándola o algún familiar no podrían hacer nada al respecto. Me quede muy preocupada, pero era el fin de todo, quizá ella misma había decidido finalmente su destino, su fin era morir de inanición, su pecado imborrable y no podía hacer nada para cambiar las cosas. Imagine cientos de cosas que solo me llevaron a sentir cólera y nauseas, pensaba en su cuerpo muerto en la entrada de mi casa, la casa en la que había invertido toda mi vida y mi dinero, por aquellos días no tenía nada más que ocuparme a descansar pues eran unas cortas vacaciones bien merecidas y las había pasado más preocupada que de costumbre.

Pensaba día y noche en ella, llegue a otras conclusiones desde luego, pensé en que había perdido la memoria, también debía de faltarle su buen juicio, pero en todas estas conclusiones me contradecía a mi misma y pensaba en sus cortas respuestas, algo faltaba o algo sobraba.

Lo que aconteció a continuación agrando las sorpresas de aquellos días. Al día siguiente la desconocida se marchó así como apareció, los vecinos no sabían nada de ella, nadie se había notado su ausencia, en el pequeño pueblo en el que vivía todos hacían fila para verla, antes de que desapareciera. El día que se marchó sucedieron dos cosas que perturbaron mi memoria hasta la fecha, no puedo explicarlos muy bien pero contare lo sucedido lo más detallado que pueda.

La noche anterior la dama se encontraba como de costumbre sentada en el patio de mi casa, sin moverse, sin inmutarse. Había pasado las semanas sin descansar lo suficiente, me desvelaba vigilándola, esperando. Después de la media noche me asome por la ventana que daba a la calle como acostumbraba, por primera vez en semanas ella no estaba ahí, ni su maleta. Mire alrededor buscándola, pero no estaba, ¿Se había ido por fin? Pero una serie de nuevas interrogantes y preocupaciones aparecían en mi cabeza, ¿Quién era y que hacia ahí? ¿Sería cierto todo aquello de castigo del que hablaba? En ese momento un gran golpe sonó en la parte trasera de mi casa y corrí a ver qué había sucedido, para mi sorpresa allí sentada estaba la huésped de mi patio y murmuraba algo que no entendía. Lo decía muy rápido, estaba de espaldas y tenía algo en sus manos que no lograba ver, murmura cada vez más fuerte e inentendible. No era español, era un idioma extraño. Me acerque lentamente hacia ella y cuando por fin la vi de costado tenía algo en sus brazos, algo lleno de sangre, algo que no parecía tener forma. Estaba atónita, en ese momento ella se giró para verme y de sus labio chorreaba un hilo de sangre.

"Ya viene" murmuro mientras me observaba fijamente. "¿Quién viene?" Pregunte aterrada. No quería saber la respuesta, no quería saber lo que sucedería a continuación, estaba segura de que sería algo malo, para mí. Ella comenzó a reírse a carcajadas, muy fuerte. "¡Contéstame!" grite alarmada, fastidiada de lo que sucedía. "¿Qué es eso? ¿Qué tienes ahí?" Ella me señalo con su dedo, chorreante de sangre, no dijo nada, grite y corrí dentro de la casa. No estoy muy segura de que sucedió luego. Luego encontraron mi cuerpo en la cocina de la casa, la policía, los vecinos tenían muchos días sin verme y se preocuparon, el cuerpo estaba descompuesto, no tenía entrañas, no tenía cabeza, la sangre en el suelo dibujaban símbolos extraños, satánicos.

Esta no fue la primera muerte de este relato, esta fue una de las muchas que ocurrieron luego, uno a uno en pueblos vecinos, en lugares lejanos.

Esta no es una historia de ficción, es basado en la vida real, tal vez le agregue cosas que no son tan ciertas, tal vez me faltaron detalles, lo cierto es que la esquizofrenia la mato después de todo.

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⏰ Última actualización: Jun 04, 2015 ⏰

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