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Lo sintió. Su eje venoso. La suavidad de su aterciopelada piel. Su calor. Sus labios se volvieron sensibles a la molienda de su eje. Se humedeció aún más.

Jungkook aparentemente lo notó.

—Así me gusta —Hizo una pausa y la agarró del muslo—. Necesito follarte ahora.

Posicionó su polla en la entrada y empujó.

Jen tuvo que gritar. Su verga la abrió completamente, obligándola a aceptarlo en su totalidad.

La penetración arrancó su último hilo de cordura. Jungkook era grande. Ella abrió la boca, tratando de llenar sus pulmones con el aire que tanto necesitaba.

Demasiado jodidamente grande. No podía... era muy... Jungkook maldijo.

—¿Estás segura que no eres virgen? —Su voz era una mezcla de diversión y frustración.

—No —Dejó escapar Jen.

Ella solo se había acostado con un hombre en toda su vida, y Seth no era precisamente bien dotado.

Sentía como si hubiera sido partida por la mitad. En un buen sentido. Era desesperantemente bueno.

—Mmm —Un gruñido de satisfacción se escapó de sus pulmones—. Nena, no puedo comenzar a decirte lo bien que se siente. Jodidamente dulce —Tiró y jaló, abriéndose camino en varias ocasiones antes de que finalmente se estrellara en casa, enterrándose hasta las bolas.

Jen mordió su labio. El placer le había robado el pensamiento, ese pecaminoso placer en la madriguera de su ardiente coño. Su polla palpitaba en sus profundidades.

Duro. Insatisfecho.

Voraz por lo que estaba por venir.

—¿Estás bien? —sopló en su mejilla.

Asintió con la cabeza vertiginosamente.

𝗟𝗮𝘀𝗰𝗶𝘃𝗶𝗮 | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora