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Sus miradas se enfrentaron. Su corazón dio un vuelco en el momento en que lo observó directo a los ojos.

Jungkook lucía desgarradoramente atractivo, incluso mientras sudaba y tenía el pelo alborotado. Ella le echó los brazos alrededor del cuello y le robó un beso fugaz.

Jungkook gruñó de placer.

—Buena chica —Él sacó sus dedos y se aventuró más abajo.

Jen se puso rígida cuando comenzó a jugar con su ano.

—Jungkook...

—¿Él te ha follado aquí antes?

—No… Yo-

—¿Alguien te ha follado el culo antes?

—¡No! Yo-

—Mi día de suerte —interrumpió él—. La cereza de tu culo es mía.

—Pero, Jungkook, yo-

—Shhh —susurró. Sus ojos parecían incluso más luminosos—. Va a ser bueno, nena. Confía en mí. Te prometo nada más que placer.

Ella gimió, indecisa por lo que dijo. En todos los veinticuatro años de su vida, sus experiencias sexuales eran prácticamente inexistentes hasta que conoció a Seth, e incluso entonces, eran vainilla. Vainilla insípida.

Seth no era fanático del sexo y tampoco lo era ella. Pero este hombre, un hermoso desconocido que apenas conocía, parecía ser el proveedor del placer carnal. Y la peor parte era que se hallaba emocionada por todo lo que él tenía para mostrarle.

—Jungkook...

𝗟𝗮𝘀𝗰𝗶𝘃𝗶𝗮 | JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora