JiMin correspondió, movió sus belfos contra los finos de YoonGi y se tocaron mutuamente, repartiendo caricias en sus cuerpos desnudos. Por este lapso de tiempo no se sintió avergonzado de ser un hombre extremadamente gordo, sino que estaba sumamente ido en el hecho de que era deseado y querido.
YoonGi lo apreciaba de una manera distinta que las demás personas y eso lo incitaba a confiar ciegamente en todo lo que le dijera, así que no seconformaría con tener únicamente una degustación, ya quería el platillo completo.
—¿Qué ingrediente quieres agregar?— preguntó YoonGi, al darse cuenta de que se separaban para respirar y JiMin lo miraba expectante, esperando su orden.
Aún había variedad para elegir, ya que los únicos agregados en el cuenco por el momento eran el pollo, los tomates cherrys y el cilantro, por lo que tenían otras cosas que utilizar. JiMin dudo de que fruta o verdura tomar porque no tenía idea de que haría YoonGi con su cuerpo y de cierta forma eso lo incitaba a ver las cosas más penetrables como el pepino o las zanahorias. Sin embargo, le intrigaba lo que podría hacer con la col, los cebollines o la lechuga, pues eran de formas redondas y distintos tamaños.
—N-no lo sé.— dudo JiMin inseguro y busco la mirada de su nutriólogo para ver qué opinaba al respecto, pero sus ojos se desviaron a sus duras erecciones.
YoonGi sabía leer a su paciente, podía notar que quería probar con todo impulsivamente, así que decidió elegir en su lugar y mostrarle que puede hacerlo sin presionarse. Tomó los cebollines primero porque eran pequeños y podría prepararlo con eso y aceite de oliva, el cual se encontraba sobre la barra en un costado y les serviría como un lubricante.
—Abre las piernas para mí, JiMin.— pidió YoonGi, apretando un poco sus gruesos muslos para acomodarse entre ellos.
JiMin obedeció, puso atención en cómo se alzaba sobre su cuerpo para tomar el aceite de oliva y sostenía los cebollines con la otra mano. Comprendió lo que haría y su culo palpito deseoso, aunque su nutriólogo pronto lo satisfará. YoonGi vio el anillo contraerse y sonrió ladinamente, baño con una cantidad la verdura y luego unto otra en dos de sus dedos. Inició con toques a la entrada para lubricar bien, introdujo el índice un poco y luego el medio, asegurándose de que su paciente observará lo que hacía.
JiMin para este instante tenía que respirar por la boca porque su respiración estaba irregular, tenía demasiado sin algún tipo de penetración y dolía. Sus paredes anales estaban extremadamente cerradas, pero poco a poco se fueron soltando con los expertos dedos de su nutriólogo.
YoonGi abría de par en par y realizaba movimientos en forma de tijeras, agregando más aceite para aflojarlo suficientemente bien. Después de considerar que estaba listo, sacó los dos dedos para dirigir el cebollin y lo empujo lentamente, admirando como el culo se expandía para recibirlo.
JiMin apretó sus ojos y echó su cabeza hacia atrás, podía sentir la verdura circular en su interior, sus paredes aferrándose y succionándola ansiosamente. Su nutriólogo evitó que lo hiciera, tomándola por el tallo y estirando de vez en cuando para simular estocadas.
—Estás tan desesperado.— comentó YoonGi con su voz ronca por la excitación de verlo actuar tan malditamente necesitado.
—Estoy hambriento~— gimió JiMin, utilizando una de sus manitas para estimularse los pezones, mientras que la otra masturbaba su gordito miembro.
YoonGi permitió que se satisfará porque la imagen era tan perfecta que podría considerarla arte, al punto de que le gustaría fotografiarla y colgarla en su pared, solamente para presumir lo perfecto que era. JiMin no pudo seguir soportándolo y tuvo el primer orgasmo, provocándole espasmos placenteros. Su manita y estómago se ensuciaron con su propio semen mientras su nutriólogo sacaba de golpe el cebollín y lo ponía en la tabla.
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𝓒𝓾𝓻𝓿𝔂 𝓫𝓸𝓭𝔂
FanfictionJiMin es un escritor con sobrepeso, estaba cansado de las críticas y burlas al respecto, por lo que decide buscar ayuda con un especialista. Min YoonGi es reconocido como el mejor nutriólogo en Seúl, aunque tiene un pequeño gusto secreto por su paci...