Antes de que todo surgiera había únicamente tierra. La tierra estaba viva, y se sentía sola, pues no había nada ni nadie con ella en ese espacio vacío en el que se encontraba. Por eso creó a las estrellas, para no sentirse sola y poder hablar con ellas. Pero las estrellas eran tristes, ya que no había nadie a quien iluminar que aprecie su belleza. Entonces Tierra creó al planeta, lleno de plantas y animales que agradecian la luz de las estrellas.
Pero, a pesar de no estar tan sola, Tierra necesita quien la comprenda, por esa razón creó a Fuego, otro como ella para que la acompañe. Pero Fuego era muy difícil de controlar y se enojaba con facilidad, razón por la que creó a Aire, con la esperanza de que calmase a Fuego, pero Aire sólo lo enfadada más. Al ver esto Tierra creo a Agua, y él controló a Fuego. Ya no se sentía sola y ahora todo estaba bien. Habían decidido vivir en el planeta que Tierra había creado y lo llamaron como ella en su honor. Agua ocupaba la mayor parte del planeta, ya que era el único que controlaba a Fuego. Éste por miedo a lastimar a los otros se ocultó en el interior del planeta. Aire no estaba nunca quieto, por lo que viajaba por todo el planeta. Por último Tierra se encontraba debajo de las plantas y los animales, dándoles un lugar donde vivir; sintiéndose totalmente acompañada.