|𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 36-𝕭|

22 1 0
                                    


NOTAS DEL CAPITULO:

NOTA: HAY DOS ACTUALIZACIONES

Lean primero el capítulo anterior.

(Si fuiste una de las primeras probablemente leiste todo el capítulo junto, así que me disculpo por el terrible enredo)

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Cuando realmente las terapias de Uruha comenzaron a mejorar, Ruki supo que atribuirse todo el crédito no sería justo. Todos habían puesto todo de su parte por el menor, habían sacrificado gran parte de su tiempo por estar ahí para el castaño cuando los necesitara y el guitarrista se había dado cuenta de esto, lo que en gran parte lo había obligado a poner todo su empeño en hablar y contar todos esos sentimientos que había guardado en lo más profundo de su ser por tanto tiempo, aunque resultara extremadamente difícil.

Al igual que le había pasado a Aoi, jamás había hablado de la relación que ambos mantenían con absolutamente nadie. (La mayoría de lo que Reita sabía, lo había prácticamente adivinado) Ni siquiera había podido discutir sus dudas y preocupaciones con Aoi ya que este odiaba que cualquier sentimiento se viera involucrado entre ellos.

Al poder hablar, quejarse de lo que Aoi le había hecho, o recriminarse de lo que él mismo había hecho y al escuchar las opiniones y consejos desde otra perspectiva, todo se veía ciertamente diferente.

No entraba en muchos detalles con la doctora, y aún menos con las personas de la terapia grupal, ni siquiera se atrevía a dar el nombre del mayor, aún existía ese miedo inconsciente a delatarlo y que el otro se molestara, pero las opiniones que escuchaba de lo poco que dejaba entrever le bastaban para formarse una idea del panorama completo.

Como bien sabía la relación había sido enfermiza, pero ahora estaba consciente que lo había sido por muchas más cosas que por solo el hecho del acuerdo de "solo-sexo".

Pero si a Aoi, desahogarse le había servido para confirmar que había esperanza... con Uruha había sucedido lo contrario... con todas las dudas que el castaño ahora tenía, cuando había descubierto que la manera extrema en la que había llegado a amar y añorar a Aoi no era sana, cuando no sabía exactamente que sentía por absolutamente nadie... ahora menos que nunca sabía que hacer cuando inevitablemente enfrentara al mayor.

__

Inevitablemente, la fecha en la que sería dado de alta se acercaba rápidamente. Ya había aceptado lo que había hecho, se había reconciliado consigo mismo, había hecho mil progresos física y psicológicamente. Ya no había razón alguna para seguir en el hospital. Aún no estaba completamente bien, para eso faltaría mucho y tendría que ir al menos dos veces por semana, tanto para la fisioterapia como para las terapias grupales y con la doctora... pero cuando le dieron la noticia, Uruha no saltó de alegría como todos esperaban.

Tuvo que fingir una sonrisa, porque todas las miradas llenas de felicidad estaban puestas en él, pero no podía evitar sentir miedo. Fuera del hospital estaba el mundo real. Y ahí, descansaba Aoi esperando el momento justo para aparecer y seguramente dañar cualquier progreso que hubiera hecho.

Tenía que estar seguro de si mismo, era algo que le habían repetido hasta el cansancio en las terapias, pero era algo que lo sobrepasaba. Por un momento quiso contarle a la doctora sus dudas, pero las caras de felicidad de Reita, Kai y Ruki lo obligaron a no decir nada y a pensar - repetirse mil veces- que él podía enfrentar eso y más.

Expectation For His Kisses -the GazettE/Yaoi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora